Tal y como ha comunicado este martes la Agencia Espacial Europea, el cohete 'Vega', que transportaba el satélite español 'Ingenio' y el francés 'Taranis', se desvió de la trayectoria prevista solo ocho minutos después del despegue, suponiendo “la pérdida de la misión".
El cohete había sido lanzado a la hora programada, a las 02:52 horas peninsular española (01:52 GMT) y tenía previsto, según los planes de Arianespace, separar el satélite español 54 minutos después del despegue y hacer lo propio con el satélite galo 1,42 horas tras el lanzamiento.
El 'Ingenio' debía haberse liberado del cohete y situarse en una órbita heliosíncrona (siguiendo la dirección del sol como si fuera un girasol), a una altitud de aproximadamente 670 kilómetros, desde donde tenía previsto observar la Tierra durante los próximos siete años, aunque llevaba combustible para diez.
En ‘Juntos’ hemos charlado sobre este asunto con el meteorólogo Mario Picazo. “Es una desgracia porque, además del dinero, era la primera oportunidad que tenía España de tener un satélite 100% dando vueltas en el espacio y se iba a proporcionar mucha información”, ha afirmado.