La pérdida de un bebé, la enfermad de Tomás y la nueva relación de Beatriz
Las última exclusivas de Juntos sobre el caso de la niñas desaparecidas de Tenerife
En Juntos tuvimos acceso a una información que consideramos no ayudaba al proceso de búsqueda de Anna y Olivia, pero este lunes ha sido la propia Beatriz quien lo ha contado aunque nosotros, tenemos más datos e información en exclusiva.
Fue el pasado 20 de mayo cuando recibimos esta información tan impactante como delicada, la pérdida del bebé que sufrió Beatriz a los ocho meses de embarazo.
Tom, como se llamaba el pequeño, falleció el mismo día que nació, el 12 de agosto de 2018 en el Hospital La Candelaria, debido a problemas cardíacos que provocaron su muerte a las pocas horas del parto.
Esta pérdida afectó enormemente a los dos progenitores, aunque, según hemos sabido, Tomás llevó mucho peor esta tragedia familiar.
La situación, por si fuera poco, se complicó mucho al día siguiente, ya que, mientras Beatriz permanecía ingresada, se incendió la sala de urgencias del Hospital y tuvieron que evacuarlo casi al completo.
Otra información a la que hemos tenido acceso es un suceso que ocurrió hace aproximadamente ocho años y sin previo aviso.
Tomás sufrió un ataque multiorgánico que le obligó permanecer ingresado varias semanas y estuvo cerca de no superarlo. Su estilo de vida, que hasta ese momento quizás no era el más saludable, no mejoró cuando le dieron el alta a pesar del susto que le llevó a estar cerca de un mes de recuperación.
¿Cuál fue el motivo de que la relación entre los padres de las niñas Anna y Olivia empeorase?
La relación entre Tomás y Beatriz se estropeó mucho en el momento en el que ella empieza a salir con un empresario belga llamado Eric que puso en marcha en Tenerife una empresa de venta de plantas exóticas como cactus en una finca que compra, precisamente, al padre de las niñas.
Esta nueva relación sienta fatal a Tomás Gimeno y le da un ataque de celos que le lleva un día a agredir al empresario frente a un restaurante porque no quería que estuviera con sus hijas.
El sónar ya está en Tenerife.
Este barco llamado Ángeles Alvariño ha llegado ya a la costa de Santa Cruz y su objetivo, evidente, es encontrar cualquier pista que pueda revelar dónde están las niñas.
Los primeros pasos del sónar se centran en la zona en la que apareció la embarcación de Tomás con más de la mitad del depósito lleno y, por ello, los investigadores no creen que se fuera muy lejos del punto del que partió.
El sonar busca principalmente las bolsas que Tomás cargó en su primer viaje y que ya no estaban con él a su regreso aunque se desconoce por completo el punto exacto en el que pudo tirarlas al mar.
Esta zona está ubicada en pleno centro de Santa Cruz, pero aquí la orografía submarina es muy compleja.
A apenas 200 metros de la costa, hay un auténtico precipicio de entre 500 y 1000 metros y, por si fuera poco, la zona es muy abrupta.
Precisamente por eso, al barco lo acompaña un robot marino capaz de trabajar a 2000 metros de profundidad y que ya estuvo en Canarias cuando erupcionó el volcán de La Restinga en El Hierro.
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/title}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}