Las escaleras más bonitas y singulares de Madrid

Madrid es una ciudad que esconde infinidad de majestuosas edificaciones. Una ciudad que nos llama a que la recorramos a pie, que nos invitar a pasear por ella con los sentidos atentos para no perdernos ninguno de los secretos que nos tiene reservados.

Durante este recorrido descubriremos algunas de las escaleras más singulares de la capital. Construcciones que han acompañado desde hace siglos y que guardan interesantes historias. Algunas de piedra, otras de metal, más clásicas o futuristas. La cuestión es que nos hayamos ante auténticas obras de arte.

La lujosa escalera del Casino de Madrid

El Casino de Madrid es, sin lugar a dudas, una de las instituciones más elegantes de la capital. Por eso, su entrada tenía que estar a la altura del majestuoso edificio. Lo logró gracias a una suntuosa escalera realizada en mármol y envuelta en elegantes formas que ayudó a convertir al Casino en uno de los edificios más hermosos del siglo XX.

La escalera principal que preside el patio de honor es una clara muestra del modernismo madrileño. Es obra de Sallaberry, arquitecto del edificio, que copió el diseño original de un proyecto presentado por Antonio Palacios y Joaquín Otamendi.

La decoración de la escalera corrió a cargo del escultor Ángel García Díaz, que se decantó por motivos vegetales y marinos, además de otros simbólicos y románticos que hacen referencia a Eros y Psique.

El Casino de Madrid fue declarado Bien de Interés Cultural en 1993

Como curiosidad, al principio, los socios del Casino se quejaron de la escalera, ya que preferían una diáfana entrada que les permitiera poder acceder al edificio en carruaje. A pesar de las quejas, la escalera siguió ocupando su privilegiado lugar.

Las futuristas escaleras de CaixaForum

Una escalera de caracol poligonal metálica es la encargada de dar la bienvenida a los visitantes que se adentran CaixaForum Madrid, uno de los centros culturales más importantes de la capital.

Esta estructura fue diseñada por Herzog & de Meuron. Los arquitectos suizos supieron transformar a la perfección la antigua Central Eléctrica del Mediodía en un espacio expositivo que, ya desde el exterior, atrae al público gracias a su conocido jardín vertical, el primero de la ciudad, diseñado por el artista botánico Patrick Blanc.

El palaciego Museo Cerralbo

Palacio museo, casa histórica y museo de ambientes, el Museo Cerralbo es un referente obligado para conocer en primera persona la forma de vida de la aristocracia madrileña de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Y es que este edificio es uno de los escasos ejemplos en Madrid que conserva la ambientación original de la que fuera la residencia del marqués de Cerralbo y su familia. Una de las colecciones privadas más importantes del país y la más completa de su época.

Su Escalera de Honor es todo un símbolo del poder, la riqueza y el prestigio que los dueños de palacios querían mostrar de cara a la sociedad. Construida en mármol, su barandilla de hierro forjado perteneció al madrileño Monasterio de las Salesas Reales (Palacio de Bárbara de Braganza).

Se trata de una escalera de doble rampa que permite acceder de manera independiente a las distintas zonas del palacio. Al final de la subida se encuentra la planta noble de este palaciego museo.

La escalera más espectacular de Madrid

Construida en 1928 con mármol de Carrara, esta escalera es para muchos la más espectacular de cuantas hay en Madrid. Se encuentra en el Cuartel General de la Armada y puede visitarse los fines de semana y los días festivos como parte de la entrada al Museo Naval.

La escalera está cubierta por una impresionante vidriera compuesta de quince cuadrados de color blanco con grecas verde esmeralda en la que aparece Neptuno junto a caballitos de mar y una pareja de sirenas. Entre cada una de estas figuras se sitúan los escudos de los antiguos reinos de España.

La escalera más larga de Metro Madrid

Las escaleras de la estación de metro de La Latina (línea 5) tienen el honor de ser las más largas de toda la madrileña red de metro. Con cerca de 40 metros, cada uno de sus tramos tiene nada más y nada menos que 200 peldaños. Además, presentan un desnivel de unos 18 metros, lo equivalente a un edificio de seis plantas.

Los 254 escalones de la Cuesta de los Ciegos

Rodeada de verde y con unas maravillosas vistas la histórica escalera de la Cuesta de los Ciegos nos ayuda a salvar un importante desnivel junto a la madrileña calle de Segovia.

Sus varios tramos y 254 escalones nos conducen hasta la calle de Morería, en pleno barrio de Palacio. Está construida en granito y tiene forma de zig-zag. También recibe el nombre de Cuesta de Arrastraculos, ya que, antiguamente, el descuidado aspecto de la zona se asemejaba a un tobogán gigante en el que los niños jugaban a deslizarse.

Una de las versiones del nombre de Cuesta de los Ciegos se remonta a la estancia de San Francisco de Asís en Madrid, en 1214. El Santo pasaba asiduamente por este desnivel y, un día, de regreso a su humilde cabaña, se encontró con varios ciegos que pedían limosna. Francisco de Asís les untó los ojos con aceite que llevaba y, al instante, los ciegos recuperaron la vista de forma milagrosa.

San Francisco de Asís vivió en una humilde cabaña en el Parque de las Vistillas de Madrid

Otra versión del origen del nombre nos cuenta que la Cuesta de los Ciegos se llama así porque en el siglo XVIII, a sus pies, solía haber un grupo de invidentes que, al son de música de violines, cantaban a cambio de una limosna.

Una fuente en la calle Princesa

Vigilando el día a día de la calle Princesa se encuentra la Fuente de la Escalinata, también conocida como Fuente de los Afligidos o de Cristino Martos. De estilo barroco y construida con piedra de Colmenar, conecta la concurrida calle madrileña con la plaza de Cristino Martos.

Es obra de Federico Coullant Valera, quien la realizó después de la Guerra Civil como parte del proyecto de reconstrucción de la ciudad. Además, forma parte del conjunto monumental dedicado al médico y bacteriólogo Jaume Ferrán y Clúa.

Adosada a un muro, consta de tres niveles. La parte baja está formada por un pilón semicircular con dos delfines unidos por la cola y una concha marina en el centro, justo donde se halla el surtidor.

En la parte intermedia hay un frontón de granito con un escudo de Madrid y otro de la Casa Real en el centro. Y la parte alta cuenta con dos estatuas, una a cada lado: la Abundancia, sosteniendo un cuerno, y la Alegría, copa en mano.

La escalera más modernista

El Palacio de Longoria, que desde 1950 acoge la sede de la Sociedad General de Autores (SGAE), es, seguramente, el mayor exponente del modernismo en Madrid. Situado en el barrio de Malasaña, el edificio fue construido por el financiero Javier González Longoria como residencia familiar y oficinas de su sede bancaria.

El palacio destaca por su ornamentado aspecto exterior, con formas suaves, vegetales y orgánicas. Una decoración que lo invade todo enlazando unos elementos con otros.

En su interior esconde una gran escalera imperial, que se alza bajo una imponente cúpula de hierro y vidrio. La escalera, también inspirada en la arquitectura modernista francesa, tiene escalones de mármol y se sustenta sobre una estructura de hierro. La barandilla es de bronce y está decorada con flores de vidrio emplomado.

Toda una joya del arte

El Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid fue fundado en 1557 por Doña Juana de Austria, hija del emperador Carlos V y hermana de Felipe II. Desde entonces lo habitan las religiosas de la Orden de las Clarisas Franciscanas.

En este histórico edificio destaca su escalera principal, rodeada de pinturas murales que envuelven a quienes suben por sus escalones. En estas pinturas incluso aparecen representados Felipe IV y Mariana de Austria. Toda una joya artística.