Diez películas sobre drogas ambientadas en Madrid
Los hermanos Flores, Javier Bardem o Juan Diego Botto protagonizan estos filmes
Este lunes a las 22:30 h La Comunidad nos presenta el problema de los narcopisos
Las drogas han ocupado un lugar privilegiado en el cine. Y es que el séptimo arte siempre se ha visto atraído por este mundo de adicción, impregnado de un halo de trasgresión, de rebeldía, de evasión y de condena social.
Películas como Trainspotting, El lobo de Wall Street, Réquiem por un sueño, Scarface o Miedo y asco en Las Vegas, además de series como Narcos o Breaking Bad, han ayudado a crear un imaginario y a encumbrar cinematográficamente a este género.
Pero también tenemos títulos de producción nacional, con directores como Almodóvar, Eloy de la Iglesia o Josetxo San Mateo. Os presentamos una selección de diez películas ambientadas en Madrid en las que la droga es la protagonista.
Colegas, de Eloy de la Iglesia (1982)
El paro, las drogas, la delincuencia, la homosexualidad o el tráfico de bebés son algunos de los temas habituales en la filmografía de Eloy de la Iglesia. En Colegas, los hermanos Flores (Antonio y Rosario) se enfrentan diariamente a las dificultades derivadas de su humilde condición social. La falta de trabajo se entremezcla con una nube de drogas que limita sus, ya de por sí, escasas oportunidades.
Báilame el agua, de Josetxo San Mateo (2000)
David es un chico enamorado de una joven llamada María. Todos los días la ve en el metro. Un día se decide y le da un poema que ha escrito para ella, titulado “Báilame el agua”. Él vive en la calle y ella no duda en seguirlo, donde, poco a poco, ambos caen en un infierno de drogas, prostitución, mafia y marginación.
Esta película de Josetxo San Mateo supo plasmar perfectamente el descontento que lleva a numerosos veinteañeros a caer en el mundo de la adicción.
Antártida, de Manuel Huerga (1995)
“Yo siempre he sido yonqui”. Antártida es un drama sobre dos drogadictos: ella es una frustrada cantante de rock, adicta a la heroína y que ha perdido a su novio por sobredosis; él es un chico más joven y adicto a las emociones fuertes. Juntos roban nueve kilos de heroína, lo que les obliga a emprender una huida por todo el país.
La película arranca en los bajos fondos de Barcelona, pero esta road movie nos conduce a otros escenarios que también forman parte del imaginario del filme, como el sol de la costa, el campo o Madrid, donde hacen una parada.
Historias del Kronen, de Montxo Armendáriz (1995)
Esta película de Montxo Armendáriz es, seguramente, una de las que mejor supo reflejar y contextualizar la rabia de la juventud española durante los años 90. El sexo, las drogas y la muerte son los protagonistas de este relato que gira en torno a un grupo de jóvenes de clase media-alta y con pocas expectativas que aprovecha la noche para vivir al límite.
Kronen es la cervecería donde se reúne este grupo que busca aventuras cuanto más excitantes mejor. Desafíos sobre un puente de la M-30, cócteles de cubatas y pastillas, la velocidad, peleas bajo los efectos de los estupefacientes o el sexo de una noche son algunos de los placeres que ayudan a estos jóvenes de la Generación X a evadirse de su día a día y sumergirse en una espiral de autodestrucción.
Un joven Juan Diego Botto encabeza el reparto de este desgarrador filme que fue de los primeros en presentar la implantación en la sociedad española de las drogas de diseño y, sobre todo, de la cocaína.
Martín (Hache), de Adolfo Aristarain (1997)
También protagonizada por Juan Diego Botto encontramos Martín (Hache), una película que se centra en las diferencias generacionales y la dificultad para aceptar el paso del tiempo. El filme cuenta la historia de Martín, al que todos conocen como Hache, un joven argentino que, tras sufrir una sobredosis, se marcha a Madrid para vivir con su padre.
Hache ni estudia ni trabaja, sino que se dedica a callejear y tocar su guitarra eléctrica. Aunque las drogas ocupan un papel secundario en la narración, este personaje nos descubrirá que la adicción es, en la mayoría de las ocasiones, resultado de la desesperación, de la falta de perspectivas y de la soledad interior.
Navajeros, de Eloy de la Iglesia (1980)
José Manuel Gómez Perales, alias “El Jaro”, es un chico de quince años que vive en Madrid junto a su banda y sus “novias”. Un día conoce a una prostituta de origen mexicano que se enamora de él y le ofrece su casa para apartarlo del mundo de la delincuencia. Aunque Jaro acepta el refugio, sigue dando golpes con su banda. Un día conoce a una adolescente drogadicta y se enamora de ella.
Eloy de la Iglesia vuelve a aparecer en esta lista con esta película que nos muestra los difíciles años 80 en España, un país con un alto porcentaje de paro y con el problema de la droga en auge y campando a sus anchas por la calle.
Días contados, de Imanol Uribe (1994)
Días contados pone el foco en el conflicto de ETA, pero las drogas generan un ambiente que envuelve en todo momento a la película. Antonio es un miembro de ETA que, días antes de cometer un atentado en Madrid, conoce a Charo, una drogadicta de dieciocho años. Esta desconoce las actividades de Antonio y le hace vislumbrar una vida fuera de la organización, en la que ya no cree. Pero las cosas se complican para Antonio cuando Lisardo, uno de los amigos drogadictos de Charo, lo delata.
Carmelo Gómez, Ruth Gabriel, Javier Bardem o Candela Peña forman parte de este elenco de lujo dirigido por Imanol Uribe. La cinta logró números premios, como los premios Goya a la Mejor Película y a Mejor Director.
Barrio, de Fernando León de Aranoa (1998)
Rodada en Madrid, Barrio nos sitúa en uno de tantos barrios situados a las afueras de las grandes ciudades a los que no llega ni el metro ni el dinero. En una de estas barriadas madrileñas viven Javi, Manu y Rai, tres compañeros de instituto.
A través de los sueños de estos jóvenes, encerrados entre los enormes bloques de cemento y ladrillo, somos testigos de un terrible realismo social y de una España asolada por la heroína (descubren al hermano de uno de ellos, en paradero desconocido para la familia, inyectándose debajo de un puente).
Entre tinieblas, de Pedro Almodóvar (1983)
El director manchego Pedro Almodóvar también retrató el tema de las drogas, aunque él lo hizo desde una perspectiva lúdica. En Entre tinieblas nos cuenta la historia de un convento en el que las monjas han acogido a una cantante pop. No pasará mucho tiempo hasta que la cantante se dé cuenta de la permisividad que las hermanas tienen con las drogas. ¡Incluso la madre superiora consume heroína!
Airbag, de Juanma Bajo Ulloa (1997)
Y no podíamos olvidarnos de Airbag, una de las comedias más gamberras de la década de los 90. La pérdida de un anillo de compromiso lleva a Juantxo (Karra Elejalde), un abogado de la alta sociedad y algo pardillo a emprender un viaje lleno de vicio, corrupción y, por encima de todo, de cocaína. Entre los diferentes puntos que recorre esta divertida película no podía faltar Madrid.
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