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La experiencia en el Zielou comienza con una degustación a ciegas mientras el servicio les pone nerviosos con unas plumas. Resultan ser bombones de foie presentadas impresionantemente. El espacio del local es de diez, y los concursantes lo valoran como uno de sus puntos fuertes.

Sin embargo algunas copas sucias y los platos fríos, son el argumento perfecto para que los participantes olviden la originalidad y la calidad de los platos. Aún así, la experiencia final en general es agradable por el buen genero presentado, aunque sea el punto débil del local.