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Un restaurante emblemático, como los que ya no quedan, así es Casa Botín. Fundado en el año 1725 por un francés llegado a Madrid para servir en la Corte de los Austrias y situado en la céntrica calle Cuchilleros, se alza como el restaurante más antiguo del mundo, según el Libro Guiness de los Récords.

En La Otra Agenda hemos hablado con Antonio González, su actual gerente, y nos ha desvelado algunos de los secretos inconfesables de este peculiar sitio. Tiene 5 plantas y muchísimas estancias –a la vista está- y esto ha dado lugar a un sinfín de anécdotas: “Es un laberinto. Por eso, nuestros clientes se pierden cuando van al servicio”, nos confiesa entre risas.

Restaurante Casa Botín

Parte de su magia reside en que sus propietarios han logrado conservarlo prácticamente igual desde que se abrió, en el siglo XVIII. Cada detalle cuenta. Una gran variedad de muebles antiguos, azulejos, cuadros y vigas de madera son los encargados de mantener la esencia de este restaurante, a pesar del inevitable paso de tiempo.

Una maravilla si tenemos en cuenta que literatos de la talla de Benito Pérez Galdós o Ernest Hemingway estuvieron aquí o que un jovencísimo Francisco de Goya trabajó en sus cocinas como friegaplatos, tal y como reflejan algunos testimonios escritos.

Restaurante Casa Botín

Además, en Casa Botín hemos encontrado una cueva y una bodega. Esta última, situada en el piso inferior del edificio, esconde un gran secreto: de ella partían dos pasadizos, entonces desconocidos por la población, que recorrían el subsuelo del Madrid de los Austrias.

A todas estas bellezas, se le suma su espectacular cocina: Cordero, pescados, mariscos y postres, además de un cochinillo casi tan emblemático como el restaurante.