La tortilla 'llorona' de la taberna La Ardosa
Un recorrido por la centenaria bodega madrileña
Hace más de doscientos años nació la taberna La Ardosa, donde Goya se tomaba sus chupitos entre bocetos y dibujos. Una bodega que ha sabido mantener esa tradición cervecera en un ambiente muy castizo. Pero no solamente es famosa por su historia, sino también por sus pinchos, por sus tapas y por su tortilla.
Repleta de pizarras, fotografías en blanco y negro y barriles de la época, la taberna lleva en pie desde 1892. 129 años de antigüedad tiene este local que fundó una familia que elaboraba vino en una comarca de Toledo que se llama La Ardosa, de ahí su nombre.
Por aquí han pasado numerosos personajes de renombre, como actores y actrices, políticos… Incluso hay un cuadro firmado por el propio Frank Sinatra.
Su misma fachada ya anticipa los placeres que aguardan en su interior, como conservas de calidad, comida casera y cervezas de primera calidad. Una bodega centenaria que se ha convertido en uno de los templos del tapeo madrileño y que cuenta con dos platos estrella.
“Yo creo que el plato estrella es la tortilla de patatas”, confiesa Víctor Díaz Frey, gerente de La Ardosa. Es una receta de Concepción Marfil, madre de Ángel Monje, que atiende el bar. En la taberna apodan a su tortilla “la llorona”, porque está muy poco cuajada y “parece que se rompe y se sale el huevo de la tortilla”.
“Muy de cerca está la alcachofa, un plato que tenemos en temporada”, nos cuenta Víctor en relación a sus platos top. Una alcachofa natural que confitamos y terminan de preparar a la parrilla.
Pero eso no es todo, porque taberna La Ardosa es como un viaje gastronómico por España. En ella podemos encontrar platos de la zona de León, de Palencia, salmorejo cordobés… La famosa Gilda, que elaboran con una anchoa mariposa, aceituna sin hueso y la piparra, que tiene denominación de origen.
Sus cervezas no se quedan atrás y están a la altura de sus deliciosas tapas. “Fuimos los primeros importadores que tuvo Guinness en España”, explica el gerente. De hecho, el primer grifo Guinness del país está en el local. También apostaron por otras cervezas extranjeras, como indica el certificado que los reconoce como el primer importador español de cerveza Pilsner Urquell.
En La Ardosa trabajan las medidas de media pinta y pinta y la tiran en tres tiempos. “Le damos un golpe y con eso conseguimos romper el carbónico, lo que hace que el amargor sea mucho más suave”.
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