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A finales de los 70 el director Martin Ritt realizó su película más comprometida: Norma Rae.

Ritt, ligado a la trayectoria de Paul Newman que sería su actor fetiche durante dos décadas gracias a películas como “El largo y cálido verano” mostró aquí su vertiente más social por la que fue opacado por la caza de brujas.

El título viene del nombre de la protagonista. Una madre de clase trabajadora, a la que la vida no le ha ido especialmente bien que, cansada de sufrir constantes abusos laborales por parte de sus patronos, en la empresa textil donde trabaja, decide oponerse a ellos con tesón, valentía y riesgo. Un traje a la medida de una combativa Sally Field.

Martin Ritt cineasta interesante y tipo sensible con una filmografía plagada de grandes trabajos la mayoría de ellos en el género dramático, aunque tiene algún título de oro en el ámbito del cine de espías.

Dirige a la “manzanita americana”, sobrenombre por el que se conoce a Sally Field. Una actriz que comenzó haciendo simpáticas comedias televisivas en su juventud, para demostrar después su capacidad dramática en dos filmes que le valieron el Oscar a la mejor intérprete. Fue la inamovible sindicalista Norma Rae, y la inquebrantable madre de familia de “En un lugar del corazón. La que fuera eterna novia de Burt Reynolds, el machote por excelencia del cine americano de los 70, aunque nunca llegó a casarse con él, se codeó con algunos de los más grandes, de igual a igual, antes de dedicar el grueso de sus energía al melodrama. Protagonizó “No sin mi hija”, título que ha pasado a formar parte de la iconografía popular, aplicado a seres nada cinematográficos por cierto, y varias madres más llegaron detrás. La mejor, aquella que sabía que la vida era una caja de bombones. También protagonizó una de las escasas comedias en la filmografía de Ritt: “El romance de Murphy”

Óscar a la mejor canción con anécdota porque significó el inicio de la luna de miel de la cantante country Jennifer Warnes con los premios cinematográficos. Aunque pocos la recuerden por su nombre, esta ex corista de Leonard Cohen llevó al éxito “It goes like it goes” de Norma Rae, poco después consiguió un Globo de Oro por “Up where we belong” de “Oficial y caballero” y algo después un nuevo premio de la academia por “The time of my life” de “Dirty Dancing” y en su casa no está ninguno de ellos porque los tienen sus respectivos compositores.

Como si la interpretación que hace el cantante de su trabajo no tuviese nada que ver con el éxito del mismo. La Warnes lo demuestra.