Vídeo: Juan Luis Álvarez | Foto:Telemadrid
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Año 1946. Rita Hayworth. Glenn Ford y un guante con vocación de hacer historia. ¿Hace falta dar más pistas?

¿Cuál es el secreto de Gilda? ¿Por qué si se ve aunque sea de reojo cualquiera de sus escenas es imposible apartar los ojos de ella? ¿Cómo puede una película mantenerse tan fresca como el primer día 70 años después de su estreno? Hay cientos de teorías al respecto, pero al final es probable que todo sea mucho más sencillo de lo que parece. La magia existe y, en ocasiones, decide posarse en la pantalla de un cine.

Nunca hubo una mujer como Gilda. Fue el slogan publicitario más certero del Hollywood dorado, seguramente porque decía la verdad. Y es que nunca hubo una mujer como Rita, aunque ella nunca se diera cuenta del todo. Cuando era adolescente no se veía así. Tenía sobrepeso, la frente nada despejada y su padre le ahuyentaba los novios porque la quería sólo para él. Bailaban juntos por clubes y salas de fiestas con tanto éxito que acabaron descubriéndola en Hollywood donde la pusieron a dieta y le atrasaron el nacimiento del pelo con dolorosos tratamientos. Cuando Rita se convirtió en Gilda tenía 27 años y mucho recorrido. Por eso bordó el papel de su vida.

El elemento policíaco lo aportan las idas y venidas del dueño de un casino con aviesos negocios. El suspense se esconde en el borrascoso pasado de sus protagonistas. Una aventurera de tristes días y un jugador de segunda con la amargura en el rostro. Se odian tanto como se desean y nunca hubo amor como el suyo. Ni “Gilda” ni Rita fueron de premios: son tan grandes que están por encima de ellos: Son leyenda y se nutren de ella. De la que decía que en la copia censurada que se estrenó aquí sólo se quitaba un guante, pero en el resto del mundo iba todo lo demás detrás y que ella misma fomentó cuando dijo que debajo de aquel traje negro de satén, sólo se escondían dos cosas.

De aquella otra que afirmaba que entre ella y Glenn Ford hubo mucho más que una bofetada para la historia, y que cuando ella se la devolvió en otra escena, le hizo saltar 2 dientes. Las cosas de la pasión. Rita nunca pudo sobrellevar el peso del mito y tras varios matrimonios fracasados y algunas depresiones, cayo presa del Alzheimer a los 40 y pocos, mientras la prensa más torpe se frotaba las manos aireando con saña su alcoholismo y contemplando con deleite al ídolo caído, mientras Glenn Ford que acaba de cumplir los 90, la defendía a capa y espada. Rita murió hace casi 20 años pero en el cine vivirá para siempre.

Gilda convirtió a Rita Hayworth en un mito, en un sex symbol eterno y en la actriz más taquillera de aquellos días pero, en el plano personal no le vino nada bien a la actriz. Fueron muchas relaciones estropeadas y muchos matrimonios rotos: Orson Welles, el príncipe Ali Khan, el cantante Dick Haymes. Ella misma lo explicó muy bien, aunque con evidente tristeza. El personaje pudo con ella y los hombres deseaban acostarse con Gilda pero se despertaban por la mañana con ella.