Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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Alberto Lamelas, nacido en Jaén en 1984, es un matador de toros que se aficionó a la tauromaquia junto con su prima, Elena Lamelas, gracias a la influencia de su abuela, que les ponía las corridas de toros en la televisión cuando iban a merendar a su casa.

A pesar de que sus padres no eran especialmente aficionados, aceptaron la decisión de Alberto de acercarse al mundo del toro, cuando tuvo la iniciativa de irse a vivir a una ganadería en Extremadura. Tras esas primeras experiencias, el torero determinó dedicarse en cuerpo y alma a conseguir su sueño.

Esta carrera como matador se inicia en Valdemoro en el año 2009. Desde entonces, Alberto aprovecha todas las oportunidades que se le presentan para ponerse delante del potente animal que le da la vida.

Sus mejores faenas las ha firmado en Francia, donde es un torero muy respetado y querido, aunque no le han faltado tardes en su tierra que le den a conocer a los aficionados españoles. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, también ha pagado su peaje en forma de percances, alguno de ellos de importante gravedad, que le han mantenido temporalmente alejado de los ruedos.

Alberto compagina su pasión como torero con la profesión de taxista, labor a la que se dedica gracias a su suegro, que también conduce un taxi y le permitió tomar un primer contacto con este trabajo. Compartimos con él una carrera por las calles de la capital, donde ejerce su ocupación por las tardes y las noches, mientras nos cuenta sus sentimientos más íntimos y sus mayores deseos y sueños, a la vez que agradece humildemente tener esta actividad, que le permite a su vez poder continuar luchando por conseguir el anhelado triunfo.

Su prima, Elena Lamelas, nos aporta una visión complementaria sobre la forma de ser y pensar de Alberto, ya que han estado muy compenetrados desde pequeños, puesto que ambos son del mismo pueblo y tienen la misma edad. Ella se presenta, desde la plaza de toros de Las Ventas, como una gran aficionada y confiesa que fue ella quien le plantó el germen de la pasión por la tauromaquia al torero, tras aquellas primeras tardes con su abuela.

Somos testigos de un tentadero en Montealto, donde Alberto muestra su destreza y su entrega frente a dos vacas. Agustín Montes, el ganadero, nos aporta un punto de vista sobre el estado actual de la tauromaquia y, por supuesto, sobre la faena que el matador de toros realiza en su casa, que le merece un respeto por la espectacular actuación ante las dos vacas, diferentes entre ellas, lo que obliga al torero a mostrar su dominio para sacar lo mejor de cada una de ellas.

El torero se entrena duramente en el gimnasio y participa en todos los tentaderos que puede en su tiempo libre, porque está completamente orientado a la consecución de su objetivo, y está dispuesto a dedicarle y entregarle todo lo que tiene al toro.