Fuenlabrada, la huerta de acelgas de Madrid

¿Adivináis dónde está la mayor producción de acelgas de la Comunidad de Madrid? Igual os despista el paisaje urbano de la localidad en la que crecen y os cuesta creer que entre todas estas calles y edificios para haber un trozo de campo. Pero sí, hablamos de Fuenlabrada. Y es que, aunque sea difícil de imaginar hoy en día, esta localidad y la huerta siempre han estado muy unidas: se dice que sus primeros habitantes fueron agricultores.

En el parque agrario de Fuenlabrada crecen lombardas, repollos, apios, puerros, coliflores, pepinos, lechugas y tomates, entre otros. Pero la reina indiscutible del lugar es la acelga. Se cultivan desde hace décadas y no han dejado de hacerlo a pesar de la industrialización del municipio. De hecho, se trata de una variedad autóctona y de mucha calidad.

En la actualidad hay unas ochenta hectáreas dedicadas a esta planta y unos sesenta agricultores se dedican a recolectar esta verdura cada año entre abril y diciembre. Y no se asusten por la cantidad que producen: ¡alrededor de treinta mil kilos diarios! Una cantidad que se distribuyen a Mercamadrid y otras zonas de España.

Las acelgas están un mes en el invernadero, en semillero, y luego treinta y cinco días en la tierra

A la hora de recogerlas, el corte se realiza a mano, procurando que la penca quede intacta. Así, la planta queda entera y no cortada en hojas. De esta manera, además de aguantar más tiempo, se puede observar que está recién cortada.

Por otro lado, el agua con el que se riegan estas huertas procede de pozos de sondeo desde los que se extrae el líquido, a más de cien metros de profundidad.

Una variedad autóctona

La acelga fuenlabreña se deja crecer para que sea rica en minerales. Si se corta muy pequeña es solo agua. Es por eso que estas acelgas pueden llegar a medir entre cincuenta y sesenta centímetros de largo y se acercan al medio kilo de peso.

Aunque esta acelga no tiene Denominación de Origen, su excelente calidad está asegurada. Es más, el Ayuntamiento de Fuenlabrada está estudiando crear un sello de calidad para distinguir sus acelgas autóctonas.