10 curiosidades de Madrid que seguro que no sabías

Madrid está llena de rincones ocultos, de anécdotas singulares, de leyendas sorprendentes y de secretos inimaginables. Sin olvidar sus asombrosos monumentos ni sus calles impregnadas de historia. ¡Os proponemos un recorrido por algunos de los puntos de interés más desconocidos de la capital!

La estatua de Felipe III: un cementerio de pájaros

La Plaza Mayor de Madrid es uno de los lugares más icónicos de Madrid. Miles de personas fotografían a diario este escenario lleno de historia. Aunque para historia, la que esconde (o escondía) la estatua de Felipe III que preside el centro de la madrileña plaza.

En 1931, coincidiendo con la proclamación de la II República, alguien introdujo un artefacto explosivo dentro de la boca del caballo. Se produjo un fuerte estallido, aunque no lo suficientemente potente como para mandarlo todo por los aires. Lo que sí que volaron fueron cientos de huesecillos que inundaron la plaza.

Se trataban de huesecillos de gorriones. Y es que estos pájaros solían posarse en la boca del caballo y, voluntariamente o por algún descuido, se deslizaban por el cuello hasta caer en el hueco estómago del animal de metal. Un punto sin retorno, pues la estrechez del cuello impedía el aleteo de los pájaros y que pudieran volver al exterior.

Años más tarde, tras la restauración de la estatua después de la Guerra Civil, se decidió sellar la boca del caballo, por lo que ya no hay peligro de que siga comiendo pajarillos.

Calderón de la Barca vivía en la casa más estrecha

En pleno centro de Madrid nos encontramos con un singular edificio. Pero para dar con él tenemos que estar atentos, porque podemos pasarlo de largo en tan solo dos pasos.

En el número 61 de la calle Mayor se encuentra la considerada como la casa más estrecha de la capital. Con poco más de cuatro metros de ancho, este antiguo inmueble esconde otro secreto entre sus paredes: aquí vivió y murió, en 1681, el ilustre de la literatura española Calderón de la Barca.

Es precisamente gracias a la estancia de este inquilino que el edificio se haya conservado en buen estado y siga en pie. De otra forma no hubiera podido resistir a la modernización que experimentó Madrid en los siglos posteriores.

El restaurante más antiguo del mundo

A lo largo y ancho del planeta son muchos los restaurantes que se disputan el reconocimiento de casa de comidas más antigua del mundo. Sin embargo, este título lo ostenta de manera oficial un local de Madrid: el libro Guinness de los Récords reconoce así a Casa Botín (también conocido como El sobrino de Botín).

Fundada en 1725 por el francés Jean Botin, su titularidad pasó a manos de la familia González Martín en el año 1930. Durante sus casi trescientos años de historia el restaurante siempre ha estado abierto, incluso durante la Guerra Civil.

Casa Botín ha tenido como comensales a algunos de los personajes más ilustres de la literatura. Benito Pérez Galdós, por ejemplo, era un asiduo al restaurante y lo incluyó en varias de sus obras. Ernest Hemingway, Truman Capote o Gómez de la Serna también visitaron el establecimiento. ¡Incluso Francisco de Goya trabajó aquí como friegaplatos!

Un duende del amor en el Retiro

El Parque del Retiro se creó como un recinto privado para uso y disfrute exclusivo del monarca. Así, reyes como Felipe V pasaban aquí horas viendo crecer las plantas y las flores y maravillándose del esplendor del lugar.

Existe una leyenda contada por los antiguos trabajadores del parque que decía que la belleza y la exuberante naturaleza del recinto se debía a un duende, que iba cambiando las flores de sitio cada día para que los paseos fueran siempre diferentes. Sin embargo, nadie consiguió capturar a este pequeño jardinero.

Años más tarde, el Retiro se abrió al público y muchas parejas de enamorados acudían a él. Fue entonces cuando se popularizó el dicho de que, quien consiguiera ver al duende, sería afortunado en el amor.

En la actualidad es mucho más sencillo encontrarlo gracias a una estatua que José Noja levantó en 1985. El duende aguarda sentado sobre una de las antiguas oseras de la Casa de Fieras.

Una estatua dedicada al diablo

Sin salir del Parque del Retiro nos encontramos con otra singular escultura. Hablamos de la estatua del Ángel Caído que adorna una de las fuentes del madrileño parque.

Obra de Ricardo Bellver e instalada en su actual ubicación en 1885, representa al Ángel Caído en el momento en el que es expulsado del Paraíso. La gran peculiaridad de la obra es que se trata de uno de los pocos monumentos de todo el mundo dedicados al Diablo.

El carrillón de las Cortes

En el número ocho de la plaza de las Cortes, junto al Hotel Palace, podemos disfrutar desde principios de los noventa de un encantador carrillón.

Se trata del carrillón Plus Ultra (antes carrillón de Groupama), llamado así por el edificio en el que se encuentra. Cinco coloridas figuras creadas a tamaño natural por el dibujante Antonio Mingote salen puntuales cada día a las doce del mediodía y a las ocho de la tarde para desfilar ante los presentes.

¿Y quiénes son los protagonistas de la escena? Son el pintor Francisco de Goya, el rey Carlos III, la duquesa de Alba, el torero Pedro Romero y una ‘manola’, la típica mujer castiza de Madrid.

La casa de Ratón Pérez

“Aquí vivía dentro de una caja de galletas, en la confitería Prast, Ratón Pérez”. Así dice la placa que podemos encontrar en el número ocho de la calle Arenal de Madrid. Y es que esta era la residencia oficial del conocido Ratoncito Pérez. Un lugar que ahora se ha convertido en un museo en su honor.

El primer documento escrito en el que aparece Ratón Pérez data de 1902. Su autor, Luis Coloma, era un jesuita que, por aquel entonces, compaginaba sus labores como miembro de la Real Academia de la Lengua y como consejero espiritual de la Corona.

A él le encargaron escribir un cuento para el pequeño Alfonso XIII cuando se le cayó un diente de leche a los ocho años. Y ese fue el origen del famoso Ratoncito Pérez.

San Valentín está en Madrid

¿Sabías que los supuestos restos de San Valentín descansan en una iglesia del centro de Madrid? Se trata de la iglesia de San Antón, en la calle de Hortaleza.

Valentín fue un sacerdote romano de la época del emperador Claudio II. Este emperador promulgó una ley que prohibía casarse a sus soldados, ya que estaba convencido de que los solteros, al no tener ataduras familiares, eran mucho más fieros y aguerridos en la guerra que los casados. Sin embargo, Valentín casó en secreto a varias parejas. Las autoridades le descubrieron y le mandaron degollar en la puerta Flaimina de Roma un 14 de febrero de 270 d.C. Fue así como se convirtió en patrón de los enamorados.

Según parece, las reliquias del santo llegaron a España a finales del Siglo XVIII, cuando el Papa se las regaló a Carlos IV, quien, a su vez, las donó a los Escolapios de Madrid. Aunque Madrid no es la única ciudad que asegura tener los verdaderos restos del santo, que el público puede visitar desde 1984 en el interior de una urna de vidrio.

La estación fantasma de Chamberí

La estación de Chamberí se cerró en 1966, aunque los pasajeros han podido seguir viendo sus desérticos andenes a través de los cristales de los vagones, ya que el metro pasa por ella sin realizar parada. A lo largo de este breve paso, más de uno ha asegurado haber visto sombras extrañas.

Desde 2008 la estación se reabrió como el museo Andén Cero, gracias al cual podemos descubrir de primera mano detalles que aún se conservan de la época.

El Muro de Berlín en Madrid

El Muro de Berlín no solo separó una ciudad, sino al mundo entero. Un bloque de hormigón y cemento de más de 150 kilómetros de longitud y 3,5 metros de altura que, hasta su caída el 9 de noviembre de 1989 simbolizaba una división ideológica a nivel mundial.

La capital alemana y Madrid están hermanadas y, como muestra de esa unión, tres bloques del muro fueron trasladados a la ciudad española en memoria de este oscuro episodio de la historia de la humanidad. Tres fragmentos que presentan sus pintadas originales.