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(Actualizado

Miles de profesores españoles que trabajan en centros educativos de Estados Unidos se encuentran ante la espada y la pared. Por un lado, quieren regresar a casa para pasar el verano con sus familias, a los que no ven desde hace dos años. Por otro, tienen miedo a no poder volver a tiempo por el atasco en la tramitación de visados. Es el caso de Patricia Novoa, profesora en un colegio de Utah.

Las embajadas acumulan un retraso de meses, tanto en la tramitación de nuevos visados como en la extensión de los visados existentes: “Estamos intentando ir en verano a España, después de dos años aquí, porque el pasado no pudimos viajar por la pandemia. El problema es que las citas las dan con mucho retraso”, cuenta Patricia en Madrid Directo.

“Psicológicamente lo necesitamos”

“Yo necesito un nuevo visado y no me dan cita hasta noviembre”, explica. En esas circunstancias, los docentes no se arriesgan a viajar sin asegurarse de que van a poder regresar a sus puestos de trabajo a tiempo: “Aquí en Estados Unidos estamos muy valorados y no tenemos ningún problema para trabajar, pero no podemos arriesgarnos a perder el trabajo”, comenta.

Por eso, reclaman medidas excepcionales que agilicen la extensión de visados sin necesidad de pasar por la embajada.

Llevan dos años sin poder visitar a sus familias y eso hace mella en el ánimo: “Psicológicamente lo necesitamos”, asegura esta profesora.