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(Actualizado

Hace 41 años de la Matanza de Atocha y uno de sus autores materiales Carlos García Juliá, fue detenido ayer en Brasil. Tras ser condenado por la Audiencia Nacional a 193 años de cárcel, huyo a Bolivia, luego Chile, Argentina, Venezuela y finalmente Brasil, donde ha permanecido más de 20 años con identidades falsas. La justicia española pidió su extradición.

Un grupo de ultraderecha irrumpió en el despacho de abogados laboralistas de Comisiones Obreras situado en el número 55 de la calle Atocha y abrieron fuego contra los abogados y trabajadores del despacho, matando a cinco de ellos e hiriendo gravemente a otras cuatro personas.

Cristina Almeida, como Manuela Carmena, vivió la matanza en primera persona: “de los que detuvieron, había más implicados como inductores, por arriba de los autores materiales, que no fueron descubiertos porque no nos dejaron investigar más allá… Uno de los que fue a Atocha, Lerdo de Tejada, hijo de la secretaria de Blas Piñar, huyo aprovechando un permiso para ir a una boda”.

“A García Juliá ya le habían localizado en otras ocasiones, otra cosa es que no le hayan detenido hasta ahora, 41 años después de la matanza“, dice Almeida, “el delito ha prescrito pero la pena impuesta no. El fiscal dice que todavía le quedan por cumplir diez años”.

“Me produce mucho dolor. Todavía no lo he podido superar salvo pensar que mis compañeros, incluso con su muerte, consiguieron la libertad en este país. La serenidad con que afrontamos la matanza le sirvió a Adolfo Suárez para tirar hacia adelante y legalizar el partido y los sindicatos”, concluye Almeida.