Mikel Lejarza ha guardado silencio sobre su vida hasta este momento. Ahora ha decidido desvelar en primera persona en este libro todo lo que ha hecho y todo por lo que ha pasado. El periodista Fernando Rueda, autor de numerosos trabajos sobre la historia de los servicios secretos españoles, es el autor del libro “Yo confieso.45 años de espía”, de Roca Ediciones.
En él relata, en forma de memorias la vida de Mikel Lejarza, “El Lobo”, el agente infiltrado en ETA, que más trabajó poniendo incluso su vida en juego para lograr la desarticulación de la banda terrorista.
Nieves Herrero ha compartido entrevistas con ambos, Fernando Rueda, el escritor y Mikel Lejarza, el espía infiltrado, que como reconocía "El Lobo", "se ha convertido en el segundo cirujano que abre mi corazón de par en par, aunque lo he hecho con confianza absoluta".
"Quien me iba a decir que iba a ser un agente de los servicios secretos infiltrado. No lo habría soñado hasta que vinieron a buscarme", señala Lejarza, el más famoso de los recientes agentes secretos españoles, que comienza a prestar servicios al SECED en 1972, cuando le proponen infiltrarse en ETA.
A partir de ahí, le llega lo que el denomina "una vocación tardía". "Una vida muy difícil y complicada", mucho miedo, misiones, tiroteos, traiciones, engaños, desconfianzas y hasta incomprensión de los propios, hasta el punto de tener que oir de sus propios jefes la frase, "El Lobo, si tiene que caer que caiga".
Volviendo la vista atrás, Lejarza, hombre de profundas convicciones religiosas, reconoce que "ha valido la pena, porque en esta vida el poder pensar que has salvado la vida a alguien, con eso ya te sientes lleno", aunque reconoce que aun le habría gustado hacer más.. Sobre todo lamenta no haber podido impedir algunas de las masacres absurdas del final de ETA, "cuando ya tenían todo perdido".