Los García Madroño se están preparando para la vuelta al cole cuando de repente suena el telefonillo. El alcalde de Madrid está haciendo una visita a todos los madrileños y le reciben en su casa muy nerviosos porque no tienen los impuestos al orden del día ni han pedido permisos municipales para reformas varias. Para colmo Nieves se entera de que su hijo no se ha matriculado en nada.