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(Actualizado

Najat El Hachmi es de origen marroquí pero se trasladó a Vic siendo aun una niña junto a su familia. Allí ha ejercido de mediadora cultural y técnica de acogida hasta que la literatura le atrapó por completo.

‘El último patriarca’, ‘Madre de leche y miel’ o ‘Siempre han hablado por nosotras’, han sido el preludio de éxito para ‘El lunes nos querrán’ (Destino), premiada con el Nadal.

En su última novela, Najat El Hachmi se traslada al extrarradio de la gran ciudad que acoge el aluvión de migraciones y donde se replican comportamientos discriminatorios hacia las mujeres por condicionantes culturales o religiosos.

En ese contexto, surge una historia de amistad que abre camino en la conquista de la libertad. Los personajes son inventados, pero transmiten todo el conocimiento de mujeres reales que han pasado por eso y que han contado sus testimonios a la autora.

"Muchas veces se silencia con mensajes relativistas, diciendo que es por su cultura y hay que respetarla"

No ocurre en un país lejano, ocurren aquí, pero muchas veces se silencia con mensajes relativistas, diciendo que es por su cultura y hay que respetarla, cuando en realidad no interesa meterse en ese jardín, asegura El Hachmi en Madrid Directo.

Los derechos hay que hacerlos extensibles a todas las mujeres, algo que no ocurre con muchas chicas por el hecho de tener el origen que tienen o porque son pobres y nunca van a estar en el foco mediático. Cuando eso ocurre me siento decepcionada, explica la autora.

"Hay chicas a las que se les prohíbe nadar. ¿Por qué no estamos haciendo leyes contra eso?… ¡Son nuestras niñas!"

Por todo ello, la autora quiere dar voz a través de su novela a todas esas mujeres invisibles "que muy pocas veces son protagonistas ni hablamos de ellas". El Hachmi las convierte en "heroínas cotidianas para que no queden completamente olvidadas".

Ahora hay toda una generación de mujeres que están haciendo algo tan sencillo como decidir sobre su propio cuerpo y con quién comparte su vida, continúa diciendo El Hachmi, pero todavía hay muchas chicas que siguen ahí: les prohíben hablar con chicos o casarse con alguien que no es musulmán, por ejemplo.