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(Actualizado

Nativel Preciado ha recibido el premio Azorín por su última novela, ‘El santuario de los elefantes’, un libro sobre el triunfo de la “justicia poética” en el continente africano, según nos cuenta la autora en Madrid Directo.

La historia bien podría tratarse de una noticia más sobre la explotación de África: Un grupo de potentados occidentales planean invertir en el continente para blanquear dinero. “África es lo opuesto a estos grupos de depredadores”, explica la autora.

“Con este libro he querido transmitir mi sensación de que los nativos africanos, sobre todo del África subsahariana, viven en la austeridad, incrustados en su entorno y forman parte de la naturaleza”, asegura Nativel.

"Con la pandemia se ha puesto en evidencia lo que sobra y lo que es esencial"

“En estos tiempos tan inciertos, hay que volver la mirada hacia allí y darse cuenta de que tenemos que vivir de forma más austera", continúa diciendo. "Con la pandemia se ha puesto en evidencia lo que sobra y lo que es esencial, en especial las personas que permiten que el mundo siga funcionando a pesar de las dificultades”, dice la autora.

“África nos es muy ajena a los que vivimos en otros lugares”, asegura la escritora, “es una tentación de estar integrado en la naturaleza, como un animal más… Los africanos son gente acogedora y siempre alegre, con una sonrisa a pesar de las adversidades”, dice Nativel.

"África es una tentación de estar integrado en la naturaleza"

A veces la ficción y la realidad se confunden porque la línea que lo separa es muy difusa. ‘El santuario de los elefantes’ es su primera obra totalmente de ficción: “Es un cuento para adultos en el que se castiga a los frívolos y se premio a los más débiles”, dice la autora.

Nativel destaca la gran acogida que el libro está teniendo entre los lectores jóvenes, “me está compensando mucho”, y se lamenta de que su gran amigo y gran conocedor de África, Javier Reverte, no pudiera leer su obra.

África podría ser un territorio literario a explorar con solución de continuidad, pero Nativel aún no sabe cuál será el siguiente reto: “A los periodistas nos gusta explorar la superficie de las cosas; tenemos la suerte de pasar de un tema a otro con facilidad, por eso es bonito cambiar de mundo”, asegura.