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(Actualizado

Pedro Simón ha sido galardonado con Premio Primavera de Novela 2021 por su segunda novela ‘Los Ingratos’. “Estoy encantado con este premiazo y de que la novela haya sido elegida entre 1.700 de todo el mundo”, nos cuenta el autor, “pero hay que seguir con los pies en el suelo y tener templanza ante las cosas buenas y las malas”.

La novela comienza con los gritos desgarradores de una madre que acaba de perder a su hijo, “no hay nada más bestial”, dice el autor. Años 70, entorno rural y toda una generación de mujeres "que se quedaron a barrer los platos rotos de una España que emigraba a las ciudades... Hay una ingratitud muy grande con esta gente”, sostiene el autor.

“Un reportero es como un taxista que te lleva de viaje y un novelista es como un conductor de autobús que lleva a mucha gente”

Recién premiado, pero de vuelta al tajo del periódico: “Siempre he tenido una intención estilística cuando escribo; me interesa mucho tender puentes en mi labor como periodista”. “Un reportero es como un taxista que te lleva de viaje y un novelista es como un conductor de autobús que lleva a mucha gente”, dice Simón.

Periodismo y literatura conviven en el día a día del escritor pero “hay una gran diferencia entre escribir tres cuatro folios y escribir a campo abierto para una novela”, asegura.

La imagen de esa madre sufriendo por la muerte de su hijo, podría pertenecer a las páginas de sucesos de cualquier periódico: “La labor periodística es muy cercana al sufrimiento y el dolor de la gente, pero los periodistas tenemos espacios de confort porque sabemos que en unas horas volvemos a un lugar seguro. Esto supone un aprendizaje personal para relativizar lo mío”, explica.

"Todos estamos a una llamada de teléfono de que nos hundan la vida"

Cuando escribes una novela, te crees un pequeño dios, pero cuando haces periodismo te conviertes en un pequeño esclavo porque tienes que narrar lo que ves sí o sí”, asegura Simón.

“Todos estamos a una llamada de teléfono de que nos hundan la vida, por eso no nos damos cuenta de que la felicidad es la ausencia de dolor. Extrapolado al alma, es lo mismo, ese instante antes de que se caiga el muro tú estabas siendo feliz y no te dabas cuenta”, concluye.