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(Actualizado

Celebramos el Día Mundial del Corazón con Valentín Fuster, uno de los mayores expertos en cardiología del mundo. Queremos conocer si gozamos de una buena salud cardiovascular y la respuesta de Fuster no deja lugar a dudas: “No tratamos al corazón con el respeto que se merece, salvo cuando hemos tenido un ataque agudo”.

“El problema es que es una enfermedad silenciosa y conocemos más acerca de la enfermedad que de la propia salud”, asegura Fuster en Madrid Directo de Onda Madrid.

Valentín Fuster es director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas (CNIC) y director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai de Nueva York.

El gran reto de la salud cardiaca es la prevención. Por eso, el equipo del Fuster trabaja en la concienciación de la salud con grupos de población de diferentes edades, también con niños y jóvenes, “porque la enfermedad comienza a edades muy tempranas, a los 15 ó 20 años y los niños lo captan enseguida”.

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De las palabras de Fuster se deduce que el principal enemigo de nuestra salud cardiovascular somos nosotros mismos: “Estamos en una sociedad reactiva cuando tenemos un problema, en lugar de ser proactivos y prevenir el problema, pero para eso debes crear una cultura de la salud, en la familia, en las casas, en la vida diaria, en los medios…”

LA SALUD DEL CORAZÓN EMPIEZA EN EL CEREBRO

La prevención comienza tomando conciencia de que la salud es prioritaria, más que los remedios: “Es más importante mover el cerebro que las piernas; se trata de decidir me cuido o no me cuido… Luego llegan las nueces, las dietas, andar y dejar de fumar…”, dice Fuster.

"El problema es que los factores de riesgo están afectando a la actividad cerebral y, por tanto, a la toma de decisiones".

“Estamos en un mundo muy competitivo, en una sociedad muy dura para empezar a hablar de salud"

El ecosistema en el que vivimos tampoco ayuda: “Estamos en un mundo muy competitivo, en una sociedad muy dura para empezar a hablar de salud”, asegura Fuster.

La enfermedad cardiovascular había descendido notablemente gracias a la prevención y a la tecnología sanitaria, pero en los tres últimos años esta tendencia ha cambiado: “Ahora nos encontramos con una sanidad carísima y una salud peor que hace años, sobre todo por culpa la obesidad”, explica el experto.

Las previsiones no son halagüeñas. Tras el confinamiento, los expertos advierten de un aumento del 200% en los trastornos de ansiedad o de conducta alimentaria entre los más jóvenes.

Y en este contexto negativo, surge una esperanza a raíz de la pandemia del coronavirus: “Dentro de este mundo loco en el que vivimos, veo más personas interesadas en su salud. Mi lista de pacientes se ha doblado recientemente”, afirma Fuster, que deja un mensaje para todos nosotros: “Vale la pena que nos cuidemos”.