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(Actualizado

El caso de Mario Escobar hace bueno el dicho "nadie es profeta en su tierra". El escritor madrileño es un best seller fuera de nuestras fronteras, especialmente en el mercado anglosajón, "entre otras coas porque allí se lee más", apunta el escritor.

Escobar nos presenta su última obra, 'El espejo de las almas' (Ediciones B), una trepidante historia de crímenes ambientada en una comunidad beguina belga del siglo XIV.

Una visita del autor al beguinaje de Lovaina prendió la mecha de esta novela. Los beguinajes eran comunidades de mujeres que dedicaban su vida a ayudar a colectivos desfavorecidos y a labores intelectuales: "Es increíble el valor de estas mujeres en medio de un mundo de hombres".

"Ser intelectuales les convertían automáticamente en sospechosas"

Los siglos XIII y XIV fueron muy turbulentos por las cruzadas y la llegada de la peste, lo que impedía casarse a muchas mujeres. La mayoría tampoco podía hacerse monja e ingresar en una orden religiosa.

Ante estas circunstancias, muchas mujeres decidían agruparse en estas comunidades que se convirtieron en una especia de vanguardia intelectual de su época, alejadas del filtro de la censura religiosa, explica Escobar.

"Ser intelectuales les convertían automáticamente en sospechosas". En aquellos años, la Inquisición te vigilaba con lupa solo por el hecho de saber leer y escribir, mucho más en el caso de las mujeres", comenta el autor.