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(Actualizado

‘Fariña’ sigue acumulando éxitos. La popular novela de Nacho Carretero, también convertida en serie, triunfa ahora en su versión teatral, que podemos disfrutar de nuevo en Madrid, en el Teatro Cofidis Alcázar, hasta el 31 de enero. Hablamos sobre ‘Fariña’, con su autor y con el director de la obra Tito Asorey.

La historia retrata aquella Galicia de los años 80 azotada por el narcotráfico. Un punto de vista trágico que, sin embargo, muestra también su arista cómica gracias a escenas cotidianas del trapicheo y la corrupción, “un sentido próximo y familiar que solo el teatro permite, ni la novela ni la televisión”, dice su autor.

“Teníamos claro que queríamos hacer algo con un lenguaje exclusivamente teatral"

“Teníamos claro que queríamos hacer algo con un lenguaje exclusivamente teatral, contando una historia más global, la de la propia Galicia tal vez, al contrario que en la novela o en la serie, que se centra más en los personajes”, explica Asorey.

La obra representa “una sociedad que se reúne para reflexionar sobre su propia historia. El narcotráfico no es algo del pasado, sigue presente en todas partes, no solo en Galicia”, añade el director.

"Parece que todo es una fiesta, pero el público conoce la dimensión de lo que pasó”

‘Fariña’ “nació con un punto periodístico sobre una historia universal que nos afecta a todos como es el narcotráfico, y ha sido la demanda de los espectadores la que ha permitido que viajase a otros escenarios”, explica Carretero.

La versión teatral aporta novedades a sus predecesoras: “Aúna música, interpretación risa, tragedia, sátira… y hace partícipe al espectador de la obra que, finalmente, pone las cosas en su sitio. Parece que todo es una fiesta, pero el público conoce la dimensión de lo que pasó”, recalca el autor.

“En aquellos años había una casta de intocables que actuaban con impunidad .... y con la inacción de la clase política"

Y es que la historia del narcotráfico en Galicia puso de manifiesto la debilidad de un sistema demasiado expuesto a la corrupción. “Galicia se habría convertido un narcoestado de no haber sido por la sociedad gallega, encabezada por sus madres”, dice Carretero.

“En aquellos años había una casta de intocables que actuaban con impunidad y que ostentaban su poder en forma de coches lujosos, mansiones y banquetes espectaculares, con la inacción de la clase política y las autoridades, hasta el punto que entraron en las instituciones. Fueron las madres las que dieron la voz de alarma e hicieron reaccionar a esas instituciones”, concluye el autor.