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(Actualizado

"Mi vida como discapacitada es toda una carrera de obstáculos... Para entrar a mi casa tengo tres escalones en el portal y otros tres para llegar al ascensor ... Me costó 20 años que pusieran el teclado del ascensor en braille... Mi marido y yo hemos llegado a rodar con la silla por las escaleras"

"Mi marido y yo hemos llegado a rodar con las silla por las escaleras"

Es el testimonio de una de esas más de 100.000 personas mayores con dificultades de movilidad o personas con discapacidad que, según el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (CERMI), sufren limitaciones a la hora de salir de sus viviendas por la falta de accesibilidad.

Muchas personas mayores y personas con discapacidad certificada se encuentran con trabas en sus comunidades de vecinos cuando solicitan que se instalen rampas de acceso o un ascensor. Sus casas se convierten en auténticas celdas.

El Grupo Ciudadanos en la Asamblea de Madrid ha presentado una proposición para reformar la Ley de Propiedad Horizontal, que tendrá todavía un recorrido en la Asamblea, primero con las enmiendas de los Grupos en la Comisión y posteriormente la ratificación en el Pleno para, finalmente, ser enviada al Congreso de los Diputados, donde debe ser aprobada.

De prosperar la reforma, estas obras de adaptación para garantizar la accesibilidad serán obligatorias. Además, las administraciones tendrán que dedicar partidas presupuestarias para garantizar estas actuaciones.

Nos lo explica Tomás Marcos, diputado de Ciudadadanos. "Es España hay 100.000 personas, mayores o con una discapacidad, confinadas en sus hogares por falta de accesibilidad o señalética".

"La vivienda digna tiene que ser también una vivienda accesible"

"Es una reivindicación histórica para que la Ley de Propiedad Horizontal garantice el pleno acceso a estas personas", explica Marcos. "Si no pueden salir de sus viviendas, no son visibles, no pueden participar en la vida pública, no son ciudadanos de primera".

Se trata del bien común, en primer lugar para las personas que ya sufren alguna limitación o discapacidad, pero también tenemos que pensar que todos somos susceptibles de encontrarnos en una situación similar en un futuro, comenta Marcos.