El ruido, la contaminación invisible que nos quita años de vida

Está comprobado, el ruido excesivo afecta a nuestra salud. Un reciente estudio sobre la contaminación acústica demuestra que el ruido nos roba años de vida. Muchos de nosotros, convivimos diariamente con niveles de ruido insoportables en nuestras ciudades. Es un enemigo invisible.

Las cifras demuestran que el ruido excesivo aumenta la ansiedad. Un 33% de los españoles sufre estrés por esta causa, lo que incide directamente en nuestra salud cardiovascular.

El ruido es el segundo mayor problema medioambiental en Europa, según la OMS

Los oídos también se resienten: La exposición a sonidos fuertes, independientemente de su duración, provoca cansancio en las células sensoriales auditivas, lo que da lugar a una pérdida temporal de audición o acúfenos, según explica la OMS en un estudio sobre el ruido.

En dicho estudio, la OMS calcula que 1.100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales.

De los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 35 años, de países con ingresos medianos y altos, entre el 40 y 50% están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos de audio y los clubes, discotecas y bares.

Cada 28 de abril, celebramos el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, una jornada que nació precisamente para alertar sobre los perjuicios del ruido. La legislación española persigue el exceso de ruido, pero estamos demasiado acostumbrados a él.

El tráfico es el responsable del 80% de la contaminación acústica en las ciudades, según Ecologistas en Acción

España es el país más ruidoso del mundo después de Japón. Convivimos con niveles de ruido superiores al recomendado de la OMS, que establece el umbral en los 53 decibelios durante el día y los 45 por la noche.

El ruido se aferra a la coartada cultural en nuestro país: “aquí se vive en la calle y somos ruidosos”, se excusa un oyente, pero nuestra calidad de vida se degrada con cada decibelio de más, convirtiendo el ruido en un factor de riesgo para la salud.