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En pleno centro de la capital, muy cerquita del Templo de Debod, podemos disfrutar de una playa sin mar. Café del Rey nos ofrece una terraza con arena, tumbonas, sombrillas, mesas altas y música de fondo para amenizar las tardes de sol madrileñas.

En la capital no tendremos playa, pero podemos montarnos nuestro propio 'beach club' con su arena suave y música 'chill out'.

Su propuesta culinaria, de aires mediterráneos, es eficaz y oportuna. Para los más búhos, la última copa habrá que pedírsela pasada la medianoche, aunque los viernes y sábados aguantan hasta la 01:00.

Como anécdota, la arena no es una imitación de la real, se ha traído precisamente de las playas de Valencia.