Los cuidadores del Zoo de Madrid reparten polos de frutas, pescado y carne a pandas gigantes, leones marinos o grandes felinos en estos días de tanto calor, que se complementan con duchas y baños a especies como las tortugas terrestres gigantes o los rinocerontes indios.
Este enriquecimiento, que forma parte de su dieta, permite poner en práctica algunas de sus principales habilidades mientras juegan hasta descubrir el alimento helado, al mismo tiempo que se refrescan con duchas o baños en el caso de rinocerontes o tortugas terrestres para hacer frente, de la forma más entretenida, a la ola de calor.
En el caso de los lobos, les sirven carne congelada unas dos veces al día, aunque con la ola de calor incrementan el número de estos polos. Los osos pardos disfrutan de helados de frutas y los leones de sangre y trocitos de carne.
Las focas disfrutan de helados de arenque, calamar o sprat con agua congelada con un poco de colorante, ya que los diferentes colores y formas les enriquece. Como son del Atlántico norte, "nosotros tenemos que tener mucho cuidado con dieta y con la renovación constante del agua", nos explica una de las cuidadoras.
Los pingüinos no padecen tanto este calor porque son de Sudáfrica. "Las altas temperaturas nos las llevan tan mal como hemos visto con las focas". Para su diversión, les hacen pompas de jabón porque les gusta subirlas y explotarlas. A su vez, los elefantes asiáticos, rinocerontes indios o tortugas terrestres también cuentan con zonas de agua, charcas y duchas para bañarse.
Por otra parte, los animales también cuentan, según la especie, de zonas interiores o de invierno dotadas, como en el caso de los pandas gigantes. "Para ellos, el clima ideal es no superar los 25 grados. Entonces, nosotros lo que hacemos es que tenemos la pagoda con aire acondicionado, con una temperatura siempre estable. Tienen helados, tienen piscina para refrescarse, nosotros también les mojamos a veces. Su vida se resume en comer y dormir".