48 horas después de cubrir el infierno que viven residentes de Arganda del Rey por parte de una pareja de vecinos conflictiva, la tensión, lejos de apaciguarse, ha aumentado considerablemente.
Estos vecinos denunciaban en Madrid Directo sufrir inseguridad, constantes peleas y suciedad por culpa de Ana e Ismael, una pareja conflictiva que presuntamente trapichea con drogas, por lo que declaraban vivir una auténtica pesadilla.
Al día siguiente, por la creciente tensión, hasta el lugar se personaron cuatro agentes de la Policía Municipal, la Guardia Civil y una ambulancia del Samur porque supuestamente a la hija de Ana, menor de edad, le dio un ataque de ansiedad.
Asimismo, Ismael se fue de la casa con un carro de ropa y una televisión. "A mí me parece genial, pero mañana está aquí porque esto lo ha hecho cuatrocientas mil veces", nos contaba una vecina.
Pero es que esta misma mañana, la Guardia Civil se ha visto obligada de nuevo a hacer acto de presencia, ya que volvía a estallar el conflicto entre los vecinos. "Me tienen asco. ¿Qué soy, la bruja Lola? ¿Qué quieren, que les eche la negra según están aquí a todos? Pues según están aquí todos echo la negra", decía Ana.
Los vecinos piden una solución inmediata para ambas partes porque no pueden seguir viviendo en estas condiciones. "Amenazas de muerte hay a mi sobrino, a mi sobrina y a mi sobrinita pequeña", nos contaba otra vecina.
Tras calmarse los ánimos, los vecinos han querido arropar a la hija de esta mujer. De hecho, Ana se ha comprometido ante las cámaras controlarse a pesar de, según dice, costarle. "No es tan fácil controlar a una persona que tiene problemas".
A pesar de las declaraciones de Ana, los vecinos no la creen. De hecho, es tal la desesperación que Lourdes, una de las vecinas afectadas, ha sufrido un ataque de ansiedad, por lo que ha tenido que ir nuevamente a la zona una ambulancia.
"Para nada nos lo creemos. Ahora mismo se acaba de reír de que la situación le ha venido bien para subir seguidores en Instagram y que ahora todo es muy gracioso, y que él va a volver a venir y todo. Ella ha dicho: se le ha ido la pinza, pero ahora va a volver y se la ajustamos", asegura Andrea, otra vecina.
Un equipo del programa conseguía hablar con el propietario de la vivienda y expareja de la mujer. "Ana era mi pareja y tenía una hija pequeña, que vivía con nosotros. No es mi hija, pero vivía con nosotros. Yo no aguantaba ya la situación", nos cuenta.
"Antes de dejar a una persona en la calle con un menor preferí que viviesen allí hasta que Asuntos Sociales se hiciese cargo y le diese una vivienda. A mí nadie me ha amenazado. Yo, al contrario, las empadroné y están en casa con el consentimiento para esto. Estoy pagándole la luz, el agua, el gas y el teléfono", añade.