Busca recuperar sus plazas de garaje de un edificio okupado en Puente de Vallecas
Mariano, de 86 años, trata de recuperar 17 plazas de garaje del edificio okupado en Entrevías
Se le conoce como el Bloque Azul, por el color de su fachada. Durante años varios okupas de diferentes nacionalidades —entre ellas española, marroquí, latinas y de etnia gitana— han ocupado el edificio 1-B de la calle del Pintor Sorolla, en el barrio de Entrevías. Son 27 viviendas okupadas con sus respectivas plazas de garaje, en las que se suelen vivir episodios de violencia y tráfico de drogas.
El País conoció hace años la historia de Sonia, una joven gitana que aparentaba 16 años quien, junto a otras 20 familias, llevan viviendo desde hace siete años todo el edificio 1-B. Han acudido al mercado de la venta y alquiler de casas okupadas para acceder a una vivienda. El negocio es gestionado por bandas organizadas que revientan viviendas vacías, ya sea de familias desahuciadas o de bancos sin habitar, e incluso de protección oficial sin adjudicar. Después, ingresan entre 1.000 y 2.000 euros por la venta de las mismas o entre 200 y 400 euros si consiguen alquilarlas.
El distrito del Puente de Vallecas es conocido por sus vecinos como un área donde frecuentan este tipo de edificios, en los que se vive con mucha inseguridad al vivirse escenas de violencia y tráfico de estupefacientes. Los datos facilitados por la Consejería de Vivienda indican que aproximadamente entre 4.000 y 5.000 casas de Madrid están okupadas.
En este bloque de viviendas concretamente se viven a diario peleas entre bandas, e incluso disparos. Nuestro reportero accede al portal para comprobar que la puerta principal está agujereada con lo que parece ser un agujero de bala. Además, todos los telefonillos y buzones están completamente rotos y los pasillos llenos de pintadas. Según cuentan, en este mismo portal se organizan presuntamente botellones y venta de drogas.
Mariano, de 86 años, intenta recuperar sus 17 plazas de garaje
Es el testimonio de Mariano, de 86 años, quien según cuenta tenía como propias las plazas de garaje de este edificio para alquilárselas a los vecinos. Accedemos con él al garaje del bloque entre gritos de los okupas para que nos marchemos. Son 3 alturas de garaje y solo se puede acceder a la primera de ellas, ya que el resto de plantas están inundadas por aguas fecales.
El olor es insoportable. Tratamos de movernos entre coches viejos y nuevos y una gran cantidad de desperdicios. La solución que Mariano espera conseguir le obliga a esperar a una decisión judicial que le permita recuperar sus propiedades. A la salida del parking le preguntamos a una de las vecinas sobre la convivencia en un bloque con 27 viviendas okupadas, a lo que responde: viviendas ocupadas: “A ver me contestan mal, por eso no me meto con ellos".
Justo entonces nos increpa agresivamente uno de los okupas, quien parecía habernos estado gritando desde que habíamos llegado, para que nos marchemos. Al tratar de hacerle algunas preguntas sobre el estado de las plazas de garaje, termina amenazando al reportero y al cámara.
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