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Alberto Bardo es la cuarta generación al frente de Calzados Cómodos El Ferrocarril, una firma que lleva 154 años cuidando de los pies más delicados de su clientela. Abrió sus puertas en 1870 y actualmente cuentan con tres establecimientos en Madrid.

"Esto se fundó en el año 1870. Lo fundó el bisabuelo y empezamos con lo que es la fabricación artesanal". Entre las reliquias que conservan de entonces, una caja registradora y el libro de cuentas, que marca la primera el 28 de diciembre de 1949.

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Calzado ortopédico, anatómico, para tallas grandes, de trabajo y también para diabéticos. "Esto es una de nuestras especialidades. Viene mucha clientela con diabetes y lo que busca en este tipo de calzado es minimizar el riesgo de lesiones".

En el almacén, Manuel organiza todas las cajas y trabaja desde los 14 años con zapatos que requieren un problema concreto. Asimismo, Jesús se encarga de fotografiar uno a uno todo el calzado que exponen en la web y rellenar su respectiva ficha.

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Los meses de mayor venta en este negocio familiar son septiembre, octubre y pasadas las rebajas de enero. Un bálsamo para los pies en pleno centro de Madrid.