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La impotencia de Jesús y sus vecinos no conoce límites. En su comunidad, ubicada en el Paseo de Extremadura, llevan varios años sufriendo el peligroso comportamiento de una vecina que ahora tiene nuevas inquilinas en casa: las ratas.

Las ratas campan a sus anchas por el edificio y roen todo a su paso. "Las da de comer, están en la casa, están en todos los lados, bajan al patio, está toda la terraza llena de excrementos. Vamos, una auténtica plaga". De hecho, la vecina de arriba no puede abrir sus ventanas porque los roedores pasean por el alfeizar.

Esta conflictiva vecina vive justo encima de Jesús que, a pesar de tener su casa recién reformada, sufre considerables humedades, moho, se encuentra llena de moscas y las ratas pasan por su patio. "Tira agua en el suelo de su casa y nuestra vivienda, que estaba alquilada, tiene goteras y malos olores, por lo que se fueron los inquilinos".

Además, alimenta a las ratas y a las palomas con barreños llenos de pan y agua. Según nos cuentan los vecinos, la vivienda era de su hermana y de ella, pero la hermana vendió su parte a una empresa para desligarse del problema.

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Pero eso no lo es todo. "Estuvo recluida en un establecimiento psiquiátrico porque lesionó a un vecino en el cuello con un cuchillo. Tiene amenazada a toda la comunidad. El año pasado, amenazó con un hacha un vecino. Ha quemado con un mechero el automático de la luz de la escalera, por lo que no funciona ni la luz del portal, ni el telefonillo, ni la antena y puede entrar en cartero".

En este sentido, Jesús nos explica que "tiene multitud de denuncias en la comisaría de la Policía Nacional, Policía Municipal, salubridad del Ayuntamiento y asuntos sociales, que no han llevado a ningún lado".