Desahucian a una mujer de 94 años en Lavapiés
Debe 10.000 euros a la propiedad
Alega que no puede pagar el alquiler con la pensión que tiene
Desde primera hora, la calle del Doctor Forquet de Lavapiés amanecía tomada por la Policía. El desahucio de Marina, una mujer de 94 años, estaba programado para las nueve de la mañana. El sobrino nos dice que tiene una deuda que no ha podido pagar. El total asciende a 10.000 euros.
"Lleva 35 años viviendo aquí. Si tienen narices de bajarla de su cama, aquí no llega al portal porque la cabeza la tiene bien, pero de movilidad está cero y, por eso, no se quiere ir de su casa. Soy el único familiar que tiene en España. Tiene una deuda porque el último año, año y medio, no ha podido pagar", declara su sobrino.
Acto seguido, llegaba la comisión judicial y activistas que intentaban parar el desahucio. "Soy vecina, vivo detrás. Hay unos alquileres súper carísimos y no podemos pagarlos. No conozco a Marina personalmente, pero es que todos somos ella".
Tiempo después, varias personas sacaban de la vivienda las pertenencias de Marina en unas bolsas. Al rato, una ambulancia llegaba a la zona y técnicos bajaban a la anciana en una silla de ruedas. Finalmente, el desahucio se ha producido por esa deuda de 10.000 euros tras el impago del alquiler.
Pero alguien cercano que conoce bien a Marina nos desvela las posibles causas:
"Ella es una persona que tiene una pensión no contributiva, pero lleva 35 años en la finca pagando. Dejó de pagar. Se supone que el sobrino se iba a hacer cargo del alquiler. Pagaba 500 euros y se la subió un poquito, aunque no se la subía nunca mucho porque era una mujer mayor.
Llegó un buen día y me pone un WhatsApp, ella o quien sea: ¿No lo has visto en la tele, la nueva ley que hay? Le digo, de qué me estás hablando, y a partir de ahí dejó de pagar. Ella deja de pagar porque alguien le dice que no pague, que no la va a pasar nada.
Me da pena porque yo la tengo mucho cariño. Entonces alguien le ha dicho que hay una ley que por decir que eres mayor, no le va a pasar nada. El sobrino era quien le llevaba las cuentas y se quedaba con el dinero. El sobrino tiene las llaves, pasa de venir a verla, pasa de ir al hospital, pasa de todo".
La historia de una mujer de 94 años que posiblemente haya sido víctima de un engaño.
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