El Ángel, la tienda centenaria de artículos religiosos más importante de España

Jesús Jiménez lleva trabajando toda la vida junto a la sexta generación de El Ángel. Hace 157 años su familia se trasladó de La Rioja a Madrid y abrió una tienda de textiles. La llamaron Sobrinos de Pérez y se especializó en comunidades religiosas.

Fueron Basilio y Leoncio Pérez, quienes atraídos por las posibilidades que ofrecía la capital, se trasladaron para abrir una pequeña tienda en la calle Postas de Madrid. A finales de los 80, el negocio creció y adquirieron un segundo local en la calle de Esparteros, donde hoy se encuentra la tienda El Ángel Arte Sacro, que se dedica a todo tipo de artículos religiosos.

Sin lugar a dudas, podría tratarse de la tienda religiosa más importante de España. "Tenemos más de 20.000 artículos diferentes dentro del arte católico, probablemente bastantes más. Están las cofradías, están las iglesias, está el turismo que compra otro tipo de artículos, están los artículos de regalo".

Con el paso del tiempo, se adaptaron a las nuevas generaciones y, con ello, a las más modernas tecnologías. De esta manera, nace un catálogo electrónico al que cualquier persona puede acceder para comprar y conocer algunas de sus obras realizadas desde cualquier parte del mundo.

Tocas para vestir a la Virgen, camisas para sacerdotes, casullas, cálices, copones, rosarios y niños Jesús, siendo estos dos últimos los artículos más vendidos. Pero la joya de la corona de la tienda se encuentra en la planta inferior. "Antiguamente era un convento. Hace más de 400 años", nos cuenta Jesús.

Cabe destacar que cuentan con taller propio de restauración y policromía. Pero eso no lo es todo, es tal la historia que guarda este comercio, ahora al frente de los hermanos Olga, Elena y Jesús, que hasta Don Benito Pérez Galdós lo menciona en una de sus exitosas novelas.

En 'Fortunata y Jacinta' se dan los suficientes detalles descriptivos como para que no exista duda alguna de que nos encontramos ante el mismo inmueble al que se refirió Galdós, como queda corroborado por la placa que desde 1971 exhibe su fachada.