El Museo del Romanticismo cumple 100 años
Cuenta con 26 salas que recrean la vida de mediados del siglo XIX
En el barrio de la Justicia, entre tráfico, prisas y paseantes, podemos parar el tiempo y retroceder a mediados del siglo XIX. En 26 salas del antiguo Palacete del Marqués de Matallana se recrea la vida y costumbre de la alta burguesía madrileña. Descubrimos el Museo del Romanticismo.
Una de sus grandes estancias es el salón de baile. "Era el corazón de la casa porque todo pasaba aquí. Los conciertos, las suares, las tertulias y, por supuesto, los bailes, que eran el gran acontecimiento social de los inviernos de Madrid", nos explica Carolina Miguel, directora del museo.
"Las grandes familias se reunían casi todas las tardes, las noches para hablar de los últimos avances literarios, de la poesía del momento, hacían recitales, conciertos. Era una vida cultural muy bulliciosa", añade Carolina.
Otra de las estancias que descubrimos en este museo es el dormitorio masculino. "Está ambientado con todo lo que necesita un buen caballero, un buen dandi. Vemos además una galería de retratos masculinos que representan las distintas masculinidades que hubo en el siglo XIX".
Asimismo, el comedor cuenta con todo lujo de detalles. "Es una estancia que surge en el siglo XIX porque hasta entonces lo de poner y quitar la mesa era literal y normalmente se reunían a la hora de la cena". En ella podemos contemplar incluso una vajilla que se encargó para una comida con la reina Isabel II.
Una colección con muchas obras pictóricas de gran valor. "El oratorio está presidido por un Francisco de Goya, San Gregorio Magno. Tenemos a Federico de Madrazo, a Esquivel, a los grandes pintores de ese Romanticismo y del siglo XIX".
Una casa-museo que en 2024 celebra su centenario. En sus salones, paredes y vitrinas, más de 1.000 piezas donde también podemos descubrir los orígenes de la fotografía. "Podemos ver aquí un set profesional para hacer daguerrotipos", nos cuenta Carmen Lines, técnico del museo. Entre sus tesoros, una vista de las más antiguas de la ciudad de Madrid.
Su biblioteca guarda mucha historia y volúmenes. Normalmente no está abierta al público. "Atendemos a investigadores con cita previa, pero sí que celebramos de vez en cuando alguna jornada de puertas abiertas, como la Noche de los Libros, por ejemplo", asegura Alfredo Jurado, bibliotecario del museo.
Seguimos la visita para recalar en uno de los rincones más especiales: el Jardín del Magnolio, un espacio fundamental de la institución y uno de los más recordados por sus visitantes. Remanso de paz en pleno centro de Madrid.
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