Miguel González, a punto de cumplir 82 años, es el hostelero más longevo de Madrid. Desde que en 1971 decidió junto a su hermano abrir el restaurante El Bierzo en el barrio de Chueca, ha cumplido casi 50 años al frente del negocio.
Miguel cuenta cómo a los pocos años se quedó solo al frente del negocio debido a que el barrio estaba lleno de delincuencia y venta de droga, esperando que la suerte cambiara.
Poco a poco, el nivel socioeconómico del barrio fue creciendo y, actualmente, dirige El Bierzo junto a su hijo José, además de varios empleados.
González no solo deja todo a punto a las doce y media para servir los menús, también se acicala al medio día para comenzar a servirlo él mismo. Es un camarero clásico, chaqueta blanca impoluta abrochada hasta el penúltimo botón del cuello, zapatos negros y a la altura del bolsillo del pantalón.
“Si soy un estorbo me iré. Pero si puedo, me quedo hasta el último aliento”.
En la esquina del restaurante guarda un cuaderno de firmas escondido en una estantería con libros le recuerda el cariño de la gente. Decenas de políticos, escritores o actores le han dedicado unas palabras en señal de agradecimiento, entre las que destaca la firma de Álex de la Iglesia.