(Actualizado

Antonio Martínez Rivas, el único doctor de juguetes que quedaba en España, se jubila. Tiene 70 años y lleva restaurando más de 55 años en su Hospital de Juguetes todos los que le traen, pero ya no tiene la capacidad de antaño.

Cuando Antonio era pequeño ya se hacía sus propios juguetes. Tras 55 años se retira, ya que padece una neuropatía en las manos que le impide trabajar como antes. "El propietario cuando viene la verdad hay algunos que a veces se emocionan por volver a ver funcionando un juguete antiguo".

Actualmente, los niños juegan cada vez menos con juguetes tras la llegada de las nuevas tecnologías. "Se nos está quedando para museos, coleccionistas… Los ves sentados a lo mejor en un escalón y están ahí dándole que te pego con los teléfonos".

"El juguete clásico nos dice adiós"

El Hospital de Juguetes se fundó en el año 1.945, teniendo en principio como actividad la fabricación de juguetes de artesanía propios de aquella época. Con la llegada del plástico se le dio un giro a la actividad y, a partir de 1.952, se dedicó a la reparación de toda clase de juguetes nacionales y de importación.

Con el paso del tiempo, los juguetes se han ido haciendo más complejos y comenzó a intervenir la electrónica. Para ello también se actualizó el hospital y así poder hacerse cargo de todos los nuevos modelos. Además, en 1.975 consiguieron varios premios en la Feria Internacional del Juguete por la presentación de 60 nuevos modelos.

Hasta ahora, Antonio ha seguido dedicándose a la restauración de juguetes, construyendo incluso repuestos que, en la actualidad, ya no se encuentran. También se ha dedicado al diseño de automatismos y proyectoS de maquetación, trabajando para empresas a nivel nacional y europeo.

La petición de las dueñas de una ferretería histórica para que no deje de existir

Más de 100 años vendiendo ilusiones para los más pequeños en la Plaza Mayor

María Concepción Arribas, ayudada en el mostrador por su hija y su nieto, mantiene abierta una de las pocas jugueterías tradicionales que aún subsisten en el centro de Madrid para mantener la ilusión de los niños.

Más de 100 años vendiendo ilusiones para los más pequeños en la Plaza Mayor

La abrió su padre, Juan Arribas Aguado, en 1919, en el número 19 de la actual Plaza Mayor, que por aquel entonces se llamaba Plaza de la Constitución. En aquellos tiempos, la tienda vendía, además de juguetes, bisutería y objetos de metal de escaso valor como llaveros, tijeras, dedales o monedas antiguas.