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Queremos que conozcan la pesadilla de Carolina y otras diez familias del distrito de Latina.

Ella nos muestra cómo en su casa hay elementos que en el plano de obra venían especificados de maneras muy distintas, cosas como: una ventana donde debería ir la mampara de la ducha, faltan unos 20 metros cuadrados con respecto a los que venían en el contrato o que los cajones del armario apenas pueden abrir por el pequeño espacio.

Esta casa es una ruina, en Arganda del Rey

Pero el problema sale de casa y baja hasta el garaje. Siendo que la plaza donde aparca Carolina es apenas accesible o que la rampa de entrada es, de misma manera, excesivamente pequeña.

“Yo pagué por una plaza para un coche grande, y teniendo un coche pequeño me veo haciendo mil maniobras para entrar”.

Sin duda, una vivienda que prometía calidad, y acabó siendo una decepción.