Estos son los preciados tesoros del barrio de la Guindalera
Con solera, de casas bajas, tranquilo y, sobre todo, con encanto
Situado junto a la Plaza de las Ventas, hace un siglo extrarradio de Madrid, gran huerta poblada de guindos, de ahí su nombre. Con solera, de casas bajas, tranquilo y con encanto. Descubrimos el barrio de la Guindalera.
Capitaneado por el coso taurino con el segundo ruedo más grande del mundo, una plaza inaugurada en 1929. La Plaza de Las Ventas ha sido almacén de municiones en la Guerra Civil y el escenario de Los Beatles en su primer concierto en nuestro país, allá por 1965.
"Esto era un descampado, donde no había absolutamente nada, algunos venteros y poco más", nos cuenta Guillermo Vellojín. La plaza en sí misma es una auténtica obra de arte. "Está reconocida como Bien de Interés Cultural desde 1994 y es de estilo neomudéjar".
En el patio de caballos se encuentra el Museo Taurino, un conjunto del toreo y de su relevancia en la historia de España y de su cultura. Grabados de la tauromaquia de Goya o vestidos de toreros del siglo XX son algunos de los materiales expuestos.
La capilla es el lugar donde los toreros antes de salir al ruedo buscan su último minuto de silencio. "Es una de las últimas partes que se construyen de la plaza. La construiría el segundo arquitecto, que sería Manuel Muñoz Monasterio que, por cierto, es el mismo arquitecto que el Santiago Bernabéu".
En los alrededores de esta plaza, encontramos un jardín histórico del siglo XVII. Su fuente, la del Berro, suministraba de agua a la Casa Real. "Esto era propiedad de la corona. Luego Carlos III la hizo pública. Había que pagar una cantidad de dinero y las aguadoras de Madrid venían aquí a por el agua para venderla en la ciudad porque era la mejor agua", nos cuenta Isabel González, directora de parques históricos del Ayuntamiento.
Uno de los lugares más especiales de este parque es la ría de la Quinta. "Ahora es la época importante del jardín porque todos los árboles florecen. El tamaño que tiene la Fuente del Berro, que tiene siete hectáreas, tiene el mayor número de árboles catalogados como ejemplares por la Comunidad de Madrid".
A unos pasos de la plaza de toros, entre las calles Castelar y Roma, también descubrimos un reducto de una ciudad que ya no existe, de una colonia que fue la del Madrid Moderno, y que aun con una docena de excéntricos chalets, resiste.
Estas casas modernistas del barrio de la Guindalera son tan originales que hasta la zona llegan visitas guiadas de turistas. "Justo cuando llegamos, los vecinos nos dijeron que no nos extrañáramos si venía alguien y miraba por la ventana, que era normal, y sí ha pasado".
En plana Plaza de San Cayetano, hallamos la despensa del barrio desde los años 40. Mil metros cuadrados de mercado con olor y sabor a los vecinos de toda la vida. Hermanos Trigo son los veteranos, con 59 años regentando su charcutería. "Nosotros no tenemos clientes, son amigos".
Un barrio, además, con mucha miga, pero de oro. La de Darío, un arquitecto reconvertido en panadero. Panadarío cuenta con una gran variedad de referencias entre panes, pastelería y bollería, convirtiéndose para el barrio en un lugar único.
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