Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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En Miraflores de la Sierra se está celebrando la 3ª edición de la Fiesta de la Hoja, una forma divertida de concienciar a niños sobre el reciclaje natural y cuidar el suelo fértil. El Ayuntamiento de este municipio es el encargado de organizar esta actividad, que se encuentra dentro del programa Miraflores por el Clima. Los niños, en colaboración de los vecinos, recogen grandes cantidades de hojas secas para juntarlas en un montículo, el cual será usado como una piscina de hojas que esconde varios regalos.

Nos hemos trasladado hasta la plaza de España, frente al edificio del ayuntamiento y donde ha tenido lugar el evento. Es una forma festiva de dar a conocer el reciclaje natural de la materia orgánica. Es sabido que el otoño nos regala miles de toneladas de hojas que no es otra cosa que miles de toneladas de carbono secuestrado.

Miraflores es uno de los pueblos de la región con mayor número de árboles y jardines públicos y privados dentro del casco urbano. Esto provoca que la mayor parte del otoño la recogida de hojas sea una de las labores principales de los servicios municipales.

Una piscina de hojas secas

El evento comenzó a las 11h de la mañana, cuando los niños y jóvenes del municipio partieron de la plaza en busca de hojas secas para llenar sus bolsas y sacos y llevarlas a la plaza. Es allí donde se hace un montón gigante y dentro de él se esconden regalos y premios. Después de recogerlas, es el turno de disfrutar de talleres con las hojas, como el de aprender encuadernación y decoración, y cuentacuentos sobre esta fiesta.

A las 13:30h, el montón de hojas con regalos se abrió para que los más pequeños rebusquen su regalo y se llenen enteros de hojas. Para celebrar el otoño y concienciar a los niños que, en el reciclaje, todo vale. Después les espera una sorpresa, recoger los juguetes. El mejor momento es cuando llegan a entrar a la piscina de hojas, en las que se revuelcan y saltan para encontrarlos.

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En la 1ª edición de esta fiesta, después de recoger las hojas se crearon las casetas del mercado navideño y, en la 2ª se obtuvo suelo fértil, utilizado después en un jardín municipal. Según estudios, las hojas recogidas por la fiesta de la primera edición, pudo potencialmente conseguir secuestrar y fijar en forma de humus más de dos toneladas de carbono. El humus tiene una capacidad de fijar el carbono más de 400 años.