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Con este atípico invierno de temperaturas cálidas, la presencia de la procesionaria se ha disparado. 700 nidos destruyen al día en Madrid las brigadas municipales. Pero la plaga de esta oruga no es la única que estos días preocupa a los vecinos. La Galeruca es otro insecto que está haciendo de las suyas.

Se trata de un escarabajo pequeño que no pica pero que resulta muy molesto para los vecinos. Se cuelan en sus viviendas y exigen una solución para acabar con ellos.

“Es mucho más grave de lo que se pueda pensar”, asegura una de las vecinas afectadas