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Esta mañana en Lavapiés, los niños eran los protagonistas. Muchos veían por primera vez los Cabezudos y Boludos que recorrían sus calles para celebrar una de las fiestas más castizas, las de San Lorenzo.

Luis ha sido el encargado de arrastrar un boludo, es decir, una bola de cañas. Una estructura que han tardado en construir seis semanas y que puede llegar a alcanzar los cien kilos. En su interior, un cascabel en modo simbólico.

Según nos explica este vecino, se trata de una esfera que pretende "hacer reflexionar sobre el mal uso que hacemos del planeta. Es la bola cómo la damos vueltas de cualquier manera, sin consideración".

Asimismo, los Cabezudos nos aseguran que viven estos días de celebración con mucho ánimo de fiesta y juego para que participen sobre todo los más pequeños de la casa.

En la popular calle de Argumosa, bares y locales levantan la persiana con más ganas que nunca, ya que durante estos cuatro días festivos tienen la oportunidad de ampliar sus terrazas. "Normalmente estamos hasta las dos de la mañana en fiestas", nos cuenta Viviana.

Aquí, sus vecinos más jóvenes y mayores disfrutan de estos días al máximo, ya sea encontrando el amor de verbena o recordándolos con añoranza. "Hago cuenta que antes he sido joven y por qué la gente no se va a divertir. Anda que se diviertan lo que quieran", declara una de las vecinas más longevas.

Limonada, espectáculos y actividades para todos los públicos en el inicio de las fiestas de San Lorenzo

Unas fiestas en las que tampoco falta el arte y para prueba el taller de pintura organizado por las Artesanas de Madrid, donde los niños han hecho volar su imaginación de la manera más creativa y, por supuesto también, más castiza.