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Los vecinos de Guadalix de la Sierra llevan más de un mes respirando un desagradable y fuerte olor a gas que se desprende de una planta de gas licuado. Además de los malos olores, temen que vivir en esta circunstancia pueda acarrear consecuencias peores para su salud.

La planta está situada a escasos 150 metros de sus casas