"Estoy 24 horas recogiendo agua pendiente de lo que cae del techo. Solo pido que una semana vivan ellos como llevo yo viviendo tres años. No puedo más". Así nos contaba ayer Zulema, vecina de Fuenlabrada, la pesadilla que vive. Entre goteras y un inquilino que impide abrir la puerta a fontaneros y peritos.
Mustafá, delante de nuestras cámaras, nos daba su palabra para arreglarlo. Hoy nos acercamos a hablar con Antonio, el dueño de esta casa, también dispuesto a dar una solución. "Estuve hablando con él y dice que hoy estaba esperando al fontanero que iba a arreglarlo".
Somos testigos de que por fin el inquilino accede. Zulema aún sigue sin creerlo y mientras nos ponemos en contacto con un fontanero. "Puedo ir a mirarlo y si me dejan igual hay que descubrirlo por algún sitio, por arriba o por abajo".
En el caso de que sea por abajo, Zulema tiene el temor a que el inquilino, como ya ha pasado en numerosas ocasiones, se niegue a repararlo o impida el paso, lo que provocaría que su problema se agravase con creces.
"No me fío de él. Si mañana decide que no abre la puerta, a mí me cae toda su agua y me tengo que ir de casa". Algo que Antonio no comprende si se busca una solución. "Es que esta señora se cierra en banda y tampoco da su brazo a torcer". Poco entendimiento entre Zulema y Antonio, pero eso sí, hemos quedado con el fontanero.
A pesar de todo, finalmente Zulema ha accedido a abrir el techo por su casa creyendo en la palabra del propietario y su inquilino. "Hay una pérdida de agua en la zona de la taza. Él ha dicho que no tiene problema en que se rompa para buscar la bajada y ver si hay algún problema en ese punto", nos cuenta el fontanero.