Los responsables de seguridad de los Juzgados de Plaza de Castilla interceptan cientos de armas al año

Para acceder a los Juzgados de Plaza Castilla, probablemente uno de los más concurridos de nuestro país, hay que pasar por unos controles de metales, por donde los vigilantes de seguridad interceptan a lo largo del año cientos de armas de lo más inimaginables para pasar desapercibidas.

Desde navajas, balas y cuchillos hasta bastones punzantes y navajas de más de once centímetros de hoja. De hecho, los vigilantes acumulan más de 200 kilos de armas al año. Esta circunstancia está directamente relacionada con el hecho de que en este punto se sitúan los juzgados de instrucción de la capital, en los que se investigan delitos penales.

Solo uno de los marcos cuenta con 36 navajas mariposa, el arma más repetida con diferencia junto a los aerosoles prohibidos. "Mucha gente se creerá que este tipo de armas las trae gente con mala pinta, pero no, también gente bien vestida y que no lo podrías ni imaginar", explica Ángel.

Según el Ministerio del Interior, queda prohibido portar, exhibir y usar fuera del domicilio, del lugar de trabajo, en su caso, o de las correspondientes actividades deportivas, cualquiera clase de armas de fuego cortas y armas blancas, especialmente aquellas que tengan hoja puntiaguda. En cuanto a los aerosoles, solo están permitidos los sprays de defensa personal que se venden en establecimientos autorizados a personas que acrediten su mayoría de edad.

Los vigilantes de seguridad de los juzgados son auxiliados en esta labor por el personal de Policía Nacional o Guardia Civil, que también proponen para sanción a sus dueños. El porte de las armas consideradas más peligrosas aparece como un ilícito grave en la ley de Seguridad Ciudadana, que contempla multas de hasta 30.000 euros para estos casos.