Los vecinos de Delicias, en pie de guerra contra una plaga de palomas
¿El origen? Una vecina que les da de comer a diario
Agazapadas, vigilantes desde los balcones, en prealerta. Así están las palomas del barrio de Delicias a la espera de la vista de una vecina que les echa de comer mientras traen de cabeza al resto de vecinos desde primera hora.
Los vecinos lidian con esta problemática desde hace años. Pilar abre su ventana y tiene centenares de ellas dándole los buenos días. "Hace como seis meses o así pintamos todo el edificio, que estaba todo lleno de cacas de paloma. Todo esto era un escándalo".
"Cuando tendemos la ropa, la tenemos que recoger súper rápido y aun así siempre tengo que recogerla con excremento de paloma. Es una pesadilla", añade Pilar, que declara que hay tantas que es imposible hasta contarlas.
A su vez, Erica tiene que limpiar a diario todas las zonas comunes, ya que se llenan de plumas y excrementos. En el barrio el tema estrella es hablar de estos animales para el que los vecinos no encuentran ninguna solución. "Ponen ropa, ponen ventanas, ponen todo horroroso".
Algunos incluso han decidido instalar por su cuenta cuervos o búhos en sus ventanas para ahuyentarlas, pero es tal la cantidad de palomas que hay que ni con esas. De hecho, vuelan a la altura de la cabeza de la gente y ni siquiera pueden tomarse un café tranquilos. "El otro día nos cayó una pluma en el tomate".
Y es que, como un reloj, una vecina del barrio da comer todos los días a estas aves que, como un GPS, la van siguiendo. Intentamos hablar con ella, pero no obtenemos respuesta al respecto. Mientras tanto, los vecinos esperan una solución urgente.
El problema ya no solo es la suciedad causada por los animales, sino que al acumularse las bandadas dificultan el tránsito, especialmente en las calles más estrechas. Estos animales llegan incluso a frenar el avance de los vehículos en las carreteras.
Cabe destacar que dar de comer a las palomas supone ciertos riesgos para la salud, ya que transportan enfermedades, como la salmonelosis, la histoplasmosis y la criptococosis. Además, son portadoras de parásitos en sus plumas, que podrían provocarnos diarreas o dolores de cabeza agudos.
Asimismo, también pueden transmitir otras plagas de animales como pulgas, ácaros, chinches y arácnidos. En cuanto a sus excrementos, tienen un elevado efecto corrosivo, ocupan y obstruyen agujeros de ventilación y ensucian.
Desde el Ayuntamiento nos dicen que está prohibido dar de comer a los animales en la vía pública según la ordenanza de limpieza.
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