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Luis Lorenzo, acusado de envenenar presuntamente a la tía de su mujer, estuvo saliendo durante algo más de dos años con Mercedes y, al parecer, no terminaron nada bien por culpa del dinero.

Mercedes y Luis Lorenzo fueron pareja desde 2012 hasta 2015 y, en ese tiempo, el actor llegó a estafarle más de 400.000 euros, aunque ella declara que recuperó gran parte del dinero cuando Luis Lorenzo se vio acorralado.

Mercedes asegura que el actor siempre ha estado obsesionado con el dinero. Afirma que se sintió estafada no solo económicamente, sino también emocionalmente porque, durante todo el tiempo que llevaban juntos, mantenía otra relación paralela y secreta con Arancha Palomino, su mujer actual y también acusada del asesinato de su tía.

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Parte del dinero lo estafó cuando ella empezó a montar su empresa, Dessert City, de la que él se hizo cargo de la gestión y la administración. Dice que controlaba las cuentas como él quería, que cobraba unos 15.000 euros de sueldo y empezó a faltar dinero. Lo que hacía era triplicar las facturas que emitía la empresa, retiraba en efectivo el dinero restante y cobraba servicios inexistentes.

"Todo iba bien. De vez en cuando me sorprendía. Me decía que tenía que irse a grabar fuera y me dejaba el fin de semana sola o me contaba que se iba a Asturias porque ayudaba a un niño, hijo de uno de sus mejores amigos que se había divorciado. Pues la mujer era Arancha, que la iba a ver de vez en cuando".

"En aquellos momentos no podría pensar que pudiera traspasar estos límites. En este momento, conforme se van recabando pruebas, la duda mía empieza a plantearse. No quisiera que esto sucediera, pero podría ser porque su vida por el dinero era bastante", declara Mercedes respecto a lo sucedido con Isabel.

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Nacho Abad, periodista de sucesos, nos habla de varios episodios que sufrió Isabel con su sobrina, Arancha, y Luis Lorenzo reflejados en el informe de la empresa que la cuidaba.

En julio de 2021, unos veinte días antes de su fallecimiento, Isabel parecía que nos respondía ni se encontraba bien, por lo que Arancha y una cuidadora la trasladaron al centro de salud. Tras revisarla un médico de guardia, les informan de que está padeciendo un ictus en curso y que han llamado a una ambulancia del Hospital de Arganda del Rey para que fuesen a recogerla inmediatamente.

Arancha negó quedarse para acompañar a la tía porque, según dijo, tenía que ir a casa a hacer los deberes con los niños, dejándola con la cuidadora solas. Este es uno de los episodios, pero existe otro en el que se denota que es descorazonador y una falta de empatía y cariño hacia Isabel.

Al parecer, la abandonaron en un centro comercial de Rivas Vaciamadrid. Después de cuatro horas, la encuentras los vigilantes de seguridad y la policía local desorientada, quienes, de alguna manera, consiguen el teléfono de Arancha. Al comunicarla lo ocurrido, esta les dice que la había dejado allí para hacer unas gestiones y que, cuando terminase, ya volvería a por ella. Esas gestiones eran, según consta en el sumario, ir al Parque Warner a disfrutar de un día de atracciones junto a su marido y sus hijos.

Pero eso no lo es todo, una cuidadora de la empresa que habían contratado para cuidar a Isabel pasaba diariamente unos informes que reflejan que existía un descontrol en los medicamentos y falta de materiales para su cuidado, como toallas o esponjas para poder lavarla.