Pepi vuelve a su casa tras el desalojo de los okupas en Lavapiés
Se han vivido momento de máxima expectación a su llegada
Foto: REDACCIÓN |Vídeo: Telemadrid
Máxima expectación en Barajas desde primera hora de la mañana esperando a Pepi, la vecina de 87 a la que habían okupado su vivienda en Lavapiés. El vuelo aterrizaba con retraso, pero a las 15:30 horas se producía la esperada llegada.
Como si de una estrella del rock se tratara, un equipo de Madrid Directo ha acompañado a Pepi a la Oficina de la Empresa Municipal de la Vivienda, donde la han entregado las llaves de la nueva puerta, y de vuelta a su casa, junto a su hijo René.
"Son más de 24 horas que no duermo y luego la preocupación de buscar un billete de avión. Ayer encontramos dos billetes y hemos llegado hoy. Hemos hecho un vuelo bastante feo y estamos reunidos. Vamos a ver si ahora no se acumula todo el público en el portal, que me dejen tranquila".
Al parecer, se enteró de lo sucedido gracias a la llamada de su amiga Mari Carmen. "El lunes me llamaron y me dijeron, tienes que venirte, que la Policía me ha dicho que te llame, que tienes que estar aquí porque habían okupado la casa, la han destrozado, se han llevado la comida, la ropa, han roto platos".
Pepi se marchó en diciembre a Toronto y lo que menos se podía esperar era que le pasara algo así. Parece ser que fue un vecino del bloque de enfrente, primo del okupa, quién les avisó de su ausencia para que entraran en la casa. Según nos cuenta, ya la había amenazado en alguna que otra ocasión.
Puertas arrancadas, muebles tirados a la basura, habitaciones convertidas en trasteros y la falta de objetos de valor, como televisores o joyas de oro. Así se ha encontrado Pepi su vivienda que, a pesar de haberla recuperado, no quiere pasar la noche en ella por miedo. "Yo me voy a un hotel por si tienen malas ideas".
Lejos de todo lo malo que ha sucedido, Pepi hoy se ha reencontrado, muy emocionada, con sus amigas y vecinas que tanto la han ayudado y ha podido recuperar la casa en la que ha vivido durante 16 años. Cabe destacar que ahora el resto de vecinos han instalado alarmas en sus viviendas por miedo.