Sushita y Cáritas han puesto en marcha un proyecto social para personas desfavorecidas o en riesgo de exclusión para que puedan trabajar como sushi man o sushi woman, teniendo posibilidad de integrarse en el ámbito social.
Prensar el arroz, enrollarlo. Iván está enseñando a hacer sushi en una escuela de Cáritas en el Ensanche de Vallecas. Isabel, entre tantos otros, lleva dos semanas y su sueño es trabajar en el grupo Sushita, impulsor de este proyecto.
"Es una ventaja porque nosotros les formamos pensando cómo van a trabajar en los restaurantes. O sea que nosotros la formación ya la enfocamos en ese punto y la verdad que muy bien, muy contentos porque tienen todos muy buena actitud, que es fundamental en esto, y esperemos que dentro de unos meses podamos tenerles a todos trabajando en los restaurantes", nos cuenta Iván.
"El objetivo no es un certificado como puede ser en otros cursos como tal, sino que es ya el contrato de trabajo", añade. Cabe destacar que este es uno de los tantos cursos que tienen en Cáritas para que pueda acceder la gente que más lo necesita al mundo laboral.
"Siempre estamos buscando sectores donde la inserción laboral sea más fácil y ellos no van a aprender solo cocina, sino una cocina más especializada, con lo cual va a dar ese valor añadido a la hora de buscar empleo", asegura Alfonso.
Para Iván, un sushi man o sushi woman perfecto tiene que ser una persona que sea muy ordenada, que trabaje muy limpio y que sea muy elegante en los movimientos con los cuchillos o a la hora de estar cara al público.