Después de 6 días refugiados de bombas y misiles, una pareja ucraniana ha podido salir a comprar víveres

En estos momentos se dirige rumbo a Kiev un convoy ruso de más de 60 kilómetros. Las imágenes de un enorme contingente de vehículos blindados, tanques y artillería remolcada las han captado los satélites. Esto hace pensar que Rusia está preparando una ofensiva mayor.

Hablamos con Alejo y Kristina, una pareja que reside en Kiev. Después de un fin de semana muy duro, parece que hoy llega una relativa tranquilidad a la ciudad y han podido salir de su refugio para comprar víveres y artículos de primera necesidad. A pesar de ello, son conscientes de que los rusos redoblarán la ofensiva en los próximos días.

"Ya estamos en casa. Han levantado el toque de queda, y estamos bastante contentos por poder salir a la calle. En los comercios hay colas, la gente quiere recargar víveres porque no sabe lo que queda por delante. Ahora mismo está tranquilo. Casi no había tiroteos ayer. El peor día fue el sábado".

Alejo trabaja de profesor de español y es analista y Kristina es community manager. Ella es de Donetsk y él de Crimea y llevan viviendo 8 años juntos en Kiev. La familia de Alejo en Crimea está más tranquila que ellos allí en Kiev, aunque aseguran que la situación en Donetsk es peor, ya que se han producido cortes de agua, por ejemplo.

Alejo nos cuenta que le podrían llamar a fila por la edad, pero no cree que pase porque hay muchos voluntarios. Por el momento, sigue haciendo su trabajo normalmente. Asegura que no tienen ganas de huir y que se quedarán allí y que, además, hay muchas dificultades para irse. Durante el día tienen hasta 8 alarmas de unos 15 minutos, media hora.

"Pueden decir lo que quieran, vamos a quedarnos aquí resistiendo"

Creen que la reunión de paz no va a funcionar, ya que, a pesar de todo, los rusos no han logrado nada. Declaran que no tienen con qué imponer condiciones y que Ucrania está controlando la situación. Cuando los rusos redoblen la ofensiva, será entonces cuando vuelvan a refugiarse en el sótano de su casa y en la estación de metro.