(Actualizado

Juan Gancedo, conocido por muchos como el “ángel de los perros” es un miembro de la Policía Nacional que se dedica a incautar animales abandonados de forma altruista en la Cañada Real. Durante 6 años, el animalista lleva más de 500 vidas salvadas.

Después de que en los últimos meses se hayan derribado varias infraviviendas de la zona, muchos de los animales que vivían en ellas han quedado abandonados, desnutridos o muertos por diferentes causas, como las enfermedades que cogen por vivir en un lugar así.

“Empecé a perderle el miedo a un sitio tan peligroso como es la Cañada Real y ya llevo seis años viniendo casi todas las semanas”.

Juan, junto a otros compañeros de profesión, se ha visto abrumado ante la cantidad de animales muertos que ha encontrado. “Suelo contarle a mucha gente que en la Cañada Real he aprendido a distinguir el olor a la muerte. Cada vez que voy por algún sitio y me viene ese olor, sé perfectamente que voy a encontrar algún tipo de animal muerto”.

Decenas de detenidos y numerosas plantaciones de marihuana desmanteladas en la Cañada Real

Su labor no solo se limita a alimentarles, también a desparasitarles en sus salidas. "Les intentamos cuidar de la mejor manera posible para que no cojan ninguna de las enfermedades que hay por aquí”. También les lleva comida que le dona una clínica veterinaria. Por esto, muchos de los animales de allí ya le conocen.

Lo que suelen comer estos perros únicamente es lo que les lleva Juan o sobras. “Mucha gente no entiende lo que yo hago. A mí me gusta salvar vidas”. Dentro de la Cañada Real hay una zona que catalogan como “el barranco de la muerte”, una zona donde se han encontrado muchos cadáveres de perros: “Hemos encontrado todo tipo de enseres, neumáticos, bombonas de camping gas y hasta el esqueleto de un caballo”.