Vuelve el tradicional Altar de Muertos a la Casa de México

Fundación Casa de México celebra la séptima edición de su conocido Altar de Muertos, donde por primera vez el visitante podrá sentir el altar a través de otros sentidos, no solo el de la vista, sino también con el oído y el olfato.

La casa estará intervenida desde la fachada hasta la segunda planta, pasando por las escaleras y los pasillos. Este año, diseñado por Eugenio Caballero, un destacado director artístico mexicano, especializado en escenografía, ganador de un Oscar.

El diseño del altar y la intervención del resto de los espacios está inspirado en el recorrido del limbo que hacen los difuntos para llegar, es decir, el recorrido del mundo de los muertos al mundo de los vivos y viceversa.

En cuanto a la pieza central del altar, se trata de un dibujo realizado por el maestro Javier Martínez Pedro, cuyo diseño está inspirado en el camino que se inicia con la muerte y nos trae de regreso a la vida simbolizado en la ofrenda.

La dualidad es un concepto presente a lo largo de todo el recorrido, la vida y la muerta, el día y la noche, la luna y el sol, el cielo y el inframundo, que se reflejarán en los diferentes espacios escenográficos.

HORARIO

El altar se puede visitar hasta el 10 de octubre de lunes a domingo, incluidos los festivos nacionales y regionales, es decir, el 12 de octubre y el 1 y 9 de noviembre.

• Lunes de 10.00 a 18.45 horas.
• Martes a viernes de 10.00 a 15.30 horas.
• Sábados y domingos de 10.00 a 12.30 horas.

Los elementos de un auténtico Altar de Muertos

• Copal: Una resina aromática que purifica el alma y guía a los difuntos hacia la ofrenda.
• Velas: Es el fuego que ilumina el camino de las almas.
• Agua: Simboliza la regeneración de la vida.
• Sal: Elemento de purificación que sirve para que el alma no se corrompa en su viaje.
• Pan de muerto: Por un lado, representa la eucaristía cristiana; por otro, el cuerpo y los huesos humanos a los que se espolvorea azúcar.
• Flores de cempasúchil: Guía el camino de los muertos con su color y aroma.
• Calaveritas de azúcar y chocolate: Recuerdan que todos somos mortales. Se acostumbra a personalizarlas con el nombre del difunto en la frente.
• Alimentos y bebidas que le gustaban en vida al difunto para rendirle homenaje.
• Fotografía de los difuntos a quienes se dedica el altar.
• Objetos personales que el difunto valoraba u objetos de carácter religioso.